30 de noviembre de 2007

EL DISCO DE LA SEMANA: BICICLETA

"Bicicleta", en 1980, fue el tercer album de la banda más virtuosa que, a mi humilde juicio, dio el rock argentino en lo que va de su historia: Serú Girán. Un músico clásico como Pedro Aznar, un rockero como David Lebón, una "máquina" en la batería, como definió David a Oscar Moro, y Charly.

Serú Girán duró poco tiempo, y era previsible que así fuera, porque tanto talento concentrado en un grupo tiende a generar roces artísticos y personales. En este caso, la decisión de Aznar de seguir su carrera en los Estados Unidos precipitó la división de la banda, desgastada por las discusiones entre los dos vocalistas principales, y por la incertidumbre sobre su rumbo musical. Fue una maratón desde 1978 hasta 1982, con un opaco regreso en 1992 que sirvió solo para regalarnos un rato de nostalgia y engrosar la cuenta bancaria de los cuatro Serús.

"Bicicleta" era el nombre que Charly García había propuesto para la banda en sus inicios, pero los demás no dieron su acuerdo, y entonces quedó para el mejor disco de los cinco en estudio de Serú.

"A los Jóvenes de Ayer" es un canto a la melancolía irónica de las generaciones anteriores. "Míralos, están tramando algo. Cuídalos, son como inofensivos", canta un calmo García. Y la onda sigue en "Cuánto Tiempo Más Llevará", bajo la voz más melodiosa de David.

"Canción de Alicia en el País" es la canción emblemática de la protesta política en la Argentina. Fue tocada por la banda en sus recitales de 1980 y 1981 en la catedral de Obras, bajo la vigilancia de los militares. Pero la letra era intrincada y metafórica, oculta bajo la cándida historia de Alicia, el personaje de Lewis Carroll.

"La Luna de Marzo" parece un separador instrumental hacia la segunda parte del disco, pero es una obra maestra en sí misma, con la batuta de los deliciosos teclados de Aznar. Después sí, sobreviene "Mientras Miro las Nuevas Olas", con más nostalgia de lo que fue y ahora se repite en la gilada presuntamente innovadora. "La historia prosigue pero amigo, yo ya la vi", nos dice Charly frente a los que tapan toda la arena con celofán, los supuestos modernos que copian.

"Desarma y Sangra" es uno de mis temas preferidos, y la voz de García se luce en la comodidad de una melodía tranquila y difusa, acompañado por el piano.

"Tema de Nayla" y "Encuentro con el Diablo" tienen el sello de Lebón, y alcanza con decir eso.

Serú Girán ya no existe como banda, y Moro se nos fue, así que nunca más volveremos a tener aquella formación. Quizás sea mejor así, tener esa imagen de los cuatro cuando eran jóvenes, soñadores y frescos para crear y clamar.

Mi primer recuerdo de Serú Girán es "No Llores por Mí, Argentina", un disco que grabaron en vivo en 1982. Esa canción prendió de inmediato en mi ignorancia musical de ese entonces, junto con "Popotitos", que por ahí sonaba en alguna fiesta casera de esas a las que uno iba a hablar de fútbol con sus amigos, bailar lentos y comer papas fritas en la mesa que había servido la mamá de la chica que se animaba a dar esa fiesta.

El video que sigue es de Obras en vivo, en 1981. Se trata del primer tema del disco: "A los Jóvenes de Ayer", una composición de rock sinfónico que en ese entonces fue innovadora por estos lares. El sonido y la imagen no son los mejores, debido a los limitados recursos de la época, pero vale la pena verlos en directo.

28 de noviembre de 2007

MUJERES EN EL CINE

Ya había mostrado un video sobre las mujeres en el arte, hecho por un estadounidense. Este mismo personaje, que se autodenomina Eggman913, hizo también una secuencia de mujeres en el cine, arrancando desde Mary Pickford y llegando a Halle Berry. Otra joya digna de verse.



La lista de actrices es la siguiente, por orden de aparición: Mary Pickford, Lillian Gish, Gloria Swanson, Marlene Dietrich, Norma Shearer, Ruth Chatterton, Jean Harlow, Katharine Hepburn, Carole Lombard, Bette Davis, Greta Garbo, Barbara Stanwyck, Vivien Leigh, Greer Garson, Hedy Lamarr, Rita Hayworth, Gene Tierney, Olivia de Havilland, Ingrid Bergman, Joan Crawford, Ginger Rogers, Loretta Young, Deborah Kerr, Judy Garland, Anne Baxter, Lauren Bacall, Susan Hayward, Ava Gardner, Marilyn Monroe, Grace Kelly, Lana Turner, Elizabeth Taylor, Kim Novak, Audrey Hepburn, Dorothy Dandridge, Shirley MacLaine, Natalie Wood, Rita Moreno, Janet Leigh, Brigitte Bardot, Sophia Loren, Ann Margret, Julie Andrews, Raquel Welch, Tuesday Weld, Jane Fonda, Julie Christie, Faye Dunaway, Catherine Deneuve, Jacqueline Bisset, Candice Bergen, Isabella Rossellini, Diane Keaton, Goldie Hawn, Meryl Streep, Susan Sarandon, Jessica Lange, Michelle Pfeiffer, Sigourney Weaver, Kathleen Turner, Holly Hunter, Jodie Foster, Angela Bassett, Demi Moore, Sharon Stone, Meg Ryan, Julia Roberts, Salma Hayek, Sandra Bullock, Julianne Moore, Diane Lane, Nicole Kidman, Catherine Zeta-Jones, Angelina Jolie, Charlize Theron, Reese Witherspoon, Halle Berry.

27 de noviembre de 2007

LOS ROMANOS SABÍAN PASARLA BIEN

Leo en el interesante blog Imperio Romano que han descubierto una antigua pileta de la época de Nerón en Guissona, Lérida. Y vuelve a mi mente una reflexión de siempre: qué bien que la pasaban estos romanos.

La piscina en cuestión ocupa más de 70 metros cuadrados, y además formaba parte de algo más grande. Dice la noticia: "El complejo termal ocupaba unos 1.600 metros y se estructuraba en tres partes: la primera, dedicada a los baños termales; otra, a servicios, como vestuarios o salas de masaje y la última dedicada al ejercicio físico que contaba con dos espacios, uno al aire libre y otro cubierto". Actualmente, vemos a diario las noticias que salen sobre descubrimientos de nuevas termas en toda Europa. Es que, decididamente, eran todo un estilo de vida.

En la Roma imperial, las termas eran gratuitas para todos los que quisieran concurrir (no los esclavos, claro está). A lo sumo, se cobraba un valor inferior al de un litro de vino o un poco de pan. En las termas había una actividad física importante, con juegos de pelota. También había bibliotecas y salas de juegos de mesa. Los baños no eran mixtos, y estaban abiertos desde el mediodía (para los que salían temprano del trabajo...) hasta el anochecer.

Todo esto hace pensar que los romanos tenían claro lo importante que era la actividad física y social para el bienestar de la persona... y gratis. Los clubes nuestros de ahora han recibido esa concepción, y la replican en mayor o menor medida, aunque con menos calidad. Lo que por suerte no repiten es la realización de los juegos públicos en los que dos hombres (un gladiador y un prisionero de guerra) se enfrentaban hasta que uno de los dos moría, y otro gladiador luchaba contra una o varias fieras, para delicia de los espectadores.

La pileta es actualmente uno de esos lujos que poseen los que pueden costearla, ya sea en su casa o en un club, o en un barrio cerrado. En esa época, la tenían todos, con termas y masajes incluidos.

24 de noviembre de 2007

¿QUÉ HACER CON UNA DERROTA?

¿Qué hacer cuando uno pierde una final que tuvo que jugar por cuestiones del reglamento, después de ganar dos torneos y sacarle trece puntos al que nos acaba de ganar? ¿Qué hacer cuando la gente nos abraza y nos dice que nuestro equipo era el mejor, que ganamos el condenado campeonato moral y que somos unos caballeros que se bancaron el naufragio sin pegar una patada? Y entonces por dentro uno siente una carcajada rabiosa de ironía que atenaza el alma y ahoga el corazón en un suspiro insoportable. Porque está todo bárbaro, pero hemos perdido y queríamos ganar.

Las finales no se pierden, y si el propio equipo es el mejor, menos aún se pierde el único partido que no se podía perder. ¿Cómo le explicamos a nuestra alma de hincha que no hay que estar tristes, que competimos, que jugamos con personas fabulosas y nos divertimos aunque perdiéramos la maldita final?

Él nos dirá: "A mí no me engañen, no estoy para bromitas". Y tendremos que hacer silencio ante la insobornable realidad de que tenemos el ánimo como un trapo de piso porque nos habíamos puesto la camiseta para ganar la final, y no para buscar consuelos tan fáciles como vacíos.

El afuera se llena de amigos que intentan matizar nuestra bronca, y se esfuerzan en comprender cómo este tipo está tan loco que se pone así por un campeonato en el que igual la pasó bien. Y nos dicen que dejamos todo en la cancha, y pensamos que sí, que dejamos todo, y que por eso ahora estamos vacíos. Y el afuera no nos comprenderá, porque los locos son ellos.

Lo vemos al que salió tercero, con su medallita bronceada que es más linda y brilla más que la nuestra, que es la del segundo. Y es que el tercero termina el torneo con una victoria, y nosotros nos vamos envueltos en la derrota, la única en seis meses. Aplaudida, pero derrota. La medalla del subcampeón es la única que duele y pesa como la promesa que no fue.

Y entonces la cabeza insiste y nos dice: "No te podés poner así, hay cosas más importantes en la vida". Pero el corazón toma de nuevo la palabra y le responde al borde del grito: "Sí, pero estoy triste igual, no me vengas con el verso".

¿Qué se hace cuando el otro equipo levanta una copa que nos pertenecía, que jugueteó con nuestros sueños durante todo un año y ahora se ríe cruelmente de nosotros, de nuestros rostros mustios que no quieren mirar? ¿Qué hay que hacer si llegamos al hogar tras la derrota y tratamos de refugiarnos en una siesta plomiza que nos ausente de nuestros pensamientos, pero no podemos sino mirar el sol que se va poniendo y se lleva una ilusión rota con él?

El futbolero de alma comprende mis líneas. De la derrota se aprende, es verdad.

Pero es más lindo ganar.

22 de noviembre de 2007

EL DISCO DE LA SEMANA: MISPLACED CHILDHOOD


Existen pocos discos que mantengan un nivel parejo a lo largo de todos sus temas. En esta sección ya nos hemos ocupado de uno de ellos. Y es que el rock sinfónico se presta a esa exigencia, porque a diferencia del pop, cuya fuerza está en los singles, gira alrededor de un estilo bien identificado, un sonido acorde y un concepto que recorre toda la obra. El disco que he elegido en esta ocasión es uno de esos pocos cuyas canciones conforman un todo inescindible, pero bien individualizado en cada una de ellas.

"Misplaced Childhood" es una de las obras maestras de la segunda generación del rock sinfónico, en la voz de Fish, primer vocalista de Marillion. Con él fuera de la banda empezó otro grupo, con el mismo nombre pero otro espíritu y un sonido distinto. El verdadero nombre de Fish, digamos de paso, es Dereck William Dick, y su apodo se debe a que de chico le gustaba quedarse mucho tiempo en la bañadera.

El album fue editado en 1985, cuando Fish ya pensaba en abandonar Marillion, sentado a la barra del "White Swan Pub", que según propias palabras se había convertido en un anexo de su casa. Las giras lo agotaban y lo dejaban a merced de los vicios. Uno de esos días, un sobre llegó a manos de Fish: era una pastilla que una antigua novia le había enviado de regalo. Después de tomarla y de ser consecuentemente refugiado en su casa por su compañero de banda Steve Rothery, Fish soñó que un niño vestido de soldado lo observaba y se esfumaba cuando el músico lo miraba de reojo. Fish llamó a Rothery y le dijo que tenía otro proyecto de disco en mente: en ese instante empezó todo.

"Misplaced Childhood" fue una insolente aventura en medio del creciente reinado del pop y las radios comerciales. Tenía solo dos temas -"Kayleigh" y "Lavender"- que podían ser pasados en esas radios como singles. El resto era sinfónico puro, perfectamente ensamblado. Fue grabado en Berlín, en un estudio bastante sórdido que había servido como oficina de las SS nazis, y a metros del lúgubre Muro de Berlín, que subsistía incólume todavía en 1985.

Marillion había empezado en 1979. Su primer disco había sido "B-sides themselves", que contenía el mítico tema "Grendel", al cual ya me he referido. Más tarde vinieron "Script for a Jester's Tear", "Fugazi" y "Misplaced Childhood", que los consagró definitivamente. El último album con Fish en la banda fue "Clutching at Straws". El escocés lanzó su carrera solista y Marillion incorporó a Steve Hogarth como vocalista, a mi juicio muy lejos de la calidad vocal y el carisma de Fish. Hasta hoy siguen en actividad y han sacado numerosos discos, pero el verdadero Marillion, para muchos, quedó en la lejana década del 80.

Su formación se completaba con Steve Rothery en guitarra, Mark Kelly en teclados, Pete Trewavas en bajo e Ian Mosley en batería, en reemplazo de Mick Pointer.

Escuché "Misplaced Childhood" por primera vez gracias a mi amigo el Omar, quien tenía el CD y me lo prestó. Yo sabía que en ese disco estaba "Kayleigh", aquella canción con la que me había topado tantas veces en las FM. Pero cuando escuché el disco entero, me quedé extasiado con su sonido y con la voz de Fish, y tuve que conseguirme el resto de sus discos. Más tarde, con platita de mis sueldos de cadete, pude seguir de cerca la carrera solista de Fish e ir a verlo dos veces a sus recitales, el último de ellos hace dos años, cuando celebró el vigésimo aniversario de "Misplaced Childhood" tocándolo entero con su banda. En un momento de ese recital intercambió unos gestos de acompañamiento conmigo, al ver que recitaba las letras con él.

El video que dejo contiene la primera parte del disco, interpretado en vivo. "Pseudo Silk Kimono", "Kayleigh" y "Lavender" no tienen desperdicio. Para escuchar el resto, habrá que comprarse el disco (piratear jamás).

INGLATERRA AFUERA DE LA EUROCOPA


El fútbol tiene estas cosas, Beckham...

16 de noviembre de 2007

¿SE UBICA EL LECTOR EN EL MUNDO?

En la parte inferior de este blog, donde alguna vez hubo un Pac-Man, hay ahora otro juego para quienes gusten de la geografía. Se trata de acertar la ubicación de distintas ciudades del mundo. Tiene 12 niveles de exigencia, y cuanto más rápido mejor. Para pasar de nivel hay que reunir una determinada cantidad de puntos, que dependen del grado de exactitud con la que uno marque con el cursor la ciudad pedida.

Pruebe el amigo lector, y después me comenta.

15 de noviembre de 2007

¿COLÓN PROBÓ EL CHOCOLATE?

Es más o menos sabido que el origen del chocolate está en las civilizaciones precolombinas que habitaron la zona de México y América Central. El término mismo proviene de "xocolatl", elaborado por los olmecas y los mayas. Para ellos el cacao era fuente de energía y fertilidad.

Los aztecas también gozaron de las propiedades de este alimento tan rico. En Wikipedia se pueden encontrar más referencias, y el Museo Hearst de la Universidad de Berkeley tiene un texto sobre el tema.

En estos días salió la noticia de que el chocolate era consumido desde mucho antes de lo que se pensaba hasta ahora. Más precisamente, desde unos 1000 años antes de Cristo. Según los investigadores, su sabor no era como el actual, sino como el de una especie de cerveza picantona.

El fraile José de Acosta, un misionero jesuita que sugirió la teoría evolucionista ya en el siglo XVI
, escribió una "Historia Natural y Moral de las Indias", que fue el primer libro impreso en el Perú. En una de sus páginas describió el chocolate:

"Muchos somos los que no nos gusta, tiene una basura o espuma de muy mal sabor. Aún así, esta bebida es muy estimada por los indios, y con ella halagan a gente noble que pasa por sus tierras. Los Españoles hombres y mujeres, que se han acostumbrado al país, son muy adictos a este Chocolaté. Ellos dicen que hacen varias clases de él, algunas calientes, otras frías, y otras al tiempo y le ponen esa hierba de chile, hacen una pasta y dicen que es buena para el estómago y contra el catarro."

Lo que motiva mis líneas no es tanto la historia del chocolate, sino la posibilidad -elevada casi a mito- de que Cristóbal Colón lo probara. En su cuarto viaje, en 1502, el marino recorrió la costa de América Central, desde Honduras a Panamá, en busca de un pasaje desde lo que él creía una provincia de la China hasta la India. En este trayecto fue posible que tuviera contacto con los indígenas, y por ende con el chocolate.

Michael Coe, profesor emérito de Antropología de la Universidad de Yale, niega esa posibilidad. Cito: "Hay muchos mitos sobre la transmisión del chocolate al Viejo Mundo después de 1492, pero la mayoría son erróneos. Ni Cristobal Colón ni Hernán Cortés tuvieron nada que ver con ello. Más bien, fueron los miembros de una delegación de nobles mayas kekchíes de Alta Verapaz quienes introdujeron esta maravillosa bebida en la corte española. Los españoles y otros europeos no la consumieron hasta que la endulzaron fuertemente con azúcar, que habían traído desde el Mediterráneo a Mesoamérica".

Continúa el académico: "Hasta principios del siglo XIX, tanto en el Viejo como en el Nuevo Mundo, el chocolate fue una bebida de élite, demasiado cara para que la disfrutara la gente común, y frecuentemente prohibida para ella. El método para extraer la manteca de la pasta del cacao, inventado por un holandés, condujo a la transformación del chocolate, de una bebida a un producto sólido, que podía ser disfrutada por las masas. El chocolate se convirtió en un gran negocio, y el cultivo del árbol del cacao se difundió a través del globo".

Sea como fuere, el chocolate emigró a Europa con los conquistadores españoles, al igual que el tomate, la calabaza y la piña, por decir algunos. Fue allá donde le dieron el uso que hoy conocemos y gozamos.

El mejor chocolate del mundo será el suizo, pero el más antiguo es americano.

14 de noviembre de 2007

CÓMO TE EXTRAÑO...

12 de noviembre de 2007

CONSEJOS DE MARTÍN FIERRO


Un padre que da consejos
más que padre es un amigo;
ansi como tal les digo
que vivan con precaución:
naides sabe en que rincón
se oculta el que es su enemigo.

Yo nunca tuve otra escuela
que una vida desgraciada:
no estrañen si en la jugada
alguna vez me equivoco,
pues debe saber muy poco
aquel que no aprendió nada.

Hay hombres que de su cencia
tienen la cabeza llena;
hay sabios de todas menas,
mas digo, sin ser muy ducho:
es mejor que aprender mucho
el aprender cosas gúenas.

No aprovechan los trabajos
si no han de enseñarnos nada;
el hombre, de una mirada,
todo ha de verlo al momento:
el primer conocimiento
es conocer cuándo enfada.

Su esperanza no la cifren
nunca en corazón alguno;
en el mayor infortunio
pongan su confianza en Dios;
de los hombres, sólo en uno;
con gran precaución en dos.

Las faltas no tiene límites
como tienen los terrenos;
se encuentran en los mas güenos,
y es justo que les prevenga:
aquel que defetos tenga,
disimule los ajenos.

Al que es amigo, jamás
lo dejen en la estacada,
pero no le pidan nada
ni lo aguarden todo de el:
siempre el amigo más fiel
es una conducta honrada.

Ni el miedo ni la codicia
es güeno que a uno le asalten,
ansi, no se sobresalten
por los bienes que perezcan;
al rico nunca le ofrezcan
y al pobre jamás le falten.

Bien lo pasa, hasta entre pampas,
el que respeta a la gente;
el hombre ha de ser prudente
para librarse de enojos:
cauteloso entre los flojos,
moderado entre valientes.

El trabajar es la ley,
porque es preciso alquirir;
no se espongan a sufrir
una triste situación:
sangra mucho el corazón
del que tiene que pedir.

Debe trabajar el hombre
para ganarse su pan;
pues la miseria, en su afán
de perseguir de mil modos,
llama en la puerta de todos
y entra en la del haragán.

A ningún hombre amenacen,
porque naides se acobarda;
poco en conocerlo tarda
quien amenaza imprudente:
que hay un peligro presente
y otro peligro se aguarda.

Para vencer un peligro,
salvar de cualquier abismo
-por esperencia lo afirmo-,
más que el sable y que la lanza
suele servir la confianza
que el hombre tiene en si mismo.

Nace el hombre con la astucia
que ha de servirle de guía;
sin ella sucumbiría:
pero, sigún mi esperencia,
se vuelve en unos prudencia
y en los otros picardía.

Aprovecha la ocasión
el hombre que es diligente;
y, tenganló bien presente:
si al compararla no yerro,
la ocasión es como el Fierro:
se ha de machacar caliente.

Muchas cosas pierde el hombre
que a veces las vuelve a hallar;
pero les debo enseñar,
y es gúeno que lo recuerden:
si la verguenza se pierde,
jamás se vuelve a encontrar.

Los hermanos sean unidos
porque ésa es la ley primera
tengan unión verdadera
en cualquier tiempo que sea,
porque, si entre ellos pelean,
los devoran los de ajuera.

Respeten a los ancianos:
el burlarlos no es hazaña;
si andan entre gente estraña
deben ser muy precavidos,
pues por igual es tenido
quien con malos se acompaña.

La cigüeña, cuando es vieja,
pierde la vista, y procuran
cuidarla en su edá madura
todas sus hijas pequeñas:
apriendan de las cigüeñas
este ejemplo de ternura.

Si les hacen una ofensa,
aunque la echen en olvido,
vivan siempre prevenidos;
pues ciertamente sucede
que hablará muy mal de ustedes
aquel que los ha ofendido.

El que obedeciendo vive
nunca tiene suerte blanda,
mas con su soberbia agranda
el rigor en que padece:
obedezca al que obedece
y será gúeno el que manda.

Procuren de no perder
ni el tiempo ni la vergüenza;
como todo hombre que piensa,
procedan siempre con juicio;
y sepan que ningún vicio
acaba donde comienza.

Ave de pico encorvado
le tiene al robo afición;
pero el hombre de razón
no roba jamás un cobre,
pues no es vergúenza ser pobre
y es vergúenza ser ladrón.

El hombre no mate al hombre
ni pelé por fantasía;
tiene en la desgracia mía
un espejo en que mirarse;
saber el hombre guardarse
es la gran sabiduría.

La sangre que se redama
no se olvida hasta la muerte;
la impresión es de tal suerte,
que, a mi pesar, no lo niego,
cai como gotas de juego
en la alma dei que la vierte.

Es siempre, en toda ocasión,
el trago el pior enemigo;
con cariño se los digo,
recuérdenlo con cuidado:
aquel que ofiende embriagado
merece doble castigo.

Si se arma algun revolutis,
siempre han de ser los primeros,
no se muestren altaneros,
aungue la razón les sobre:
en la barba de los pobres
aprienden pa ser barberos.

Si entriegan su corazón
a alguna mujer querida,
no le hagan una partida
que la ofienda a la mujer:
siempre los ha de perder
una mujer ofendida.

Procuren, si son cantores,
el cantar con sentimiento,
ni tiemplen el estrumento
por sólo el gusto de hablar,
y acostúmbrense a cantar
en cosas de jundamento.

Y les doy estos consejos
que me ha costado alquirirlos,
porque deseo dirigirlos;
pero no alcanza mi cencia
hasta darles la prudencia
que precisan pa seguirlos.

Estas cosas y otras muchas
medité en mis soledades;
sepan que no hay falsedades
ni error en estos consejos:
es de la boca del viejo
de ande salen las verdades.

11 de noviembre de 2007

EL DISCO DE LA SEMANA: CARLOS GARDEL - SUS 40 TANGOS MÁS FAMOSOS

Un día, allá por el 89, me bajé del colectivo en la puerta de una disquería y mi oído se encontró de casualidad con Gardel. Ese instante fue el de mi nacimiento al tango, del cual nunca pude separarme. Sonaba el Zorzal y sentí ese no sé qué de ser porteño y llevar el tango en las venas. Me compré un cassette con tapa gris, que conservo, y lo hice girar una y otra vez en el minicomponente, hasta aprender las letras de "Mi Buenos Aires Querido", "El Día que me Quieras" o "Cuesta Abajo". Después llegaron Julio Sosa, el Polaco Goyeneche y el Gordo Troilo. Pero todo empezó con Gardel.

No voy a escribir sobre él como hago de otras bandas o cantantes que me gustan y ocupan este espacio. Sencillamente quiero rendirle homenaje, porque cada día canta mejor y en su voz pervive la Buenos Aires gloriosa, la Reina del Plata que cobijó a un francesito venido de allende el océano y se rindió a sus pies. Los uruguayos lo reclaman como propio, pero la documentación parece probar lo contrario. Tan solo agregar que asistió a un colegio salesiano donde era compañero del ahora beato Ceferino Namuncurá. De hecho, fue relegado al segundo lugar por el descendiente del cacique mapuche en un concurso de canto.

El video que he elegido para esta ocasión es "Por una Cabeza". Se ve allí al Morocho del Abasto en la cubierta de un barco, junto al cantante y bailarín porteño Tito Lusiardo, que lo mira con admiración y se compenetra con la canción.

9 de noviembre de 2007

7 de noviembre de 2007

SER TACHERO

A lo largo de los últimos veinte años he tenido una relación bastante intensa con los taxis de Buenos Aires. Mis tempranas labores de cadete, en las vacaciones del colegio, me iniciaron en la ciencia de la calle. Recuerdo aún cuando un taxista me preguntó, rodeando la Plaza de Mayo, cuánto ganaba mensualmente de viáticos al informar en mi oficina un monto superior al que realmente me había costado. Dije que nunca hacía eso, y el señor habrá pensado: "Qué gil que es este borrego". Hoy en día, afortunadamente, no he perdido los ideales y no entro en esas especulaciones, aunque por suerte tampoco trabajo de cadete.

En otra ocasión me pareció que el taxista tenía la maquinita "tocada" para que las fichas pasaran más rápido. Yo llevaba como diez cajas de libros, por lo cual fue una decisión costosa decirle que detuviera el vehículo para bajarme con mi carga y tomarme otro taxi, despedido por los malos deseos del taxista ventajero.

Ahora que soy más grande y gano más dinero, me puedo dar el gusto de volver del trabajo en taxi, en esos días en que el cansancio abruma o el reloj apura. Ha cambiado mi bolsillo, pero no han cambiado ciertos taxistas, que pretenden pasear o pisan el acelerador en el semáforo, cosa que me molesta sobremanera.

La otra noche me subí a uno y le pedí que me llevara a Gascón y Lavalleja. "¿Gascón y Lavalleja?", me dijo el taxista, un muchacho con semblante de malhumor. "Mirá", le dije yo, que estaba exhausto de la jornada y no tenía ganas de discutir aunque creía tener razón, "agarrá por Córdoba y doblá en Gascón, de ahí hasta Honduras y la siguiente es Lavalleja. Lo que pasa es que son diagonales y se cruzan". El tachero no estaba convencido y me "concedió" hacer el camino que yo le indicaba. Pero durante el trayecto, desde el centro, dos o tres veces masculló: "¿Gascón y Lavalleja? Hmmmm..."

Finalmente doblamos por Gascón, después por Honduras y apareció Lavalleja. Nos detuvimos enseguida porque había llegado a mi destino, que estaba a mitad de cuadra. Y sorpresivamente, el tipo me mira y me dice: "No soporto que me discutan cuando sé que tengo razón". Yo no lo podía creer. "¿Pero no ves ahí esa esquina? Es Gascón y Lavalleja, se cruzan ahí", le contesté. Y ahí vino lo mejor: "Ah, pero vos me dijiste que se juntaban, no que se cruzaban". Lo miré atónito. "Pero no importa", agregó condescendiente, "está todo bien". El muchacho era ciego a la realidad de que yo tenía razón, y esto me molestaba. Volví a decirle: "No entiendo, yo te dije que iba a la esquina de Gascón y Lavalleja, si se cruzan o se juntan es lo mismo, la esquina está ahí y ahora después de dejarme vas a pasar por ahí". El tachero me miró mal de nuevo, y como estaba cansado no la seguí y me bajé. Increíble.

Ciertos radiotaxis conforman una especie de aristocracia al volante. Sus autos son perfumados, la chapa brilla y la radio está bajita, sin estruendos. A algunos se les da con intercambiar saluditos, chistecitos o piropos con la telefonista que ordena los viajes. Peor es cuando suena el celular y se ponen a hablar con la mujer que les pregunta si estarán para cenar, o con la novia que quiere que la pase a buscar, o con el amigo al que le debe plata. El que sufre es el pasajero.

Otra variante es el taxista pistero, que tiene el volante envuelto en goma roja, la palanca al pie y el caño de escape arreglado para sentirlo. Estos son peligrosos y encuentran huecos por donde solo entra un alfiler. Me generan enojo y admiración al mismo tiempo. Suelo pedirles que bajen la velocidad, y siento cierta culpa porque sé que se sienten desilusionados por pensar que el pasajero no está a la altura de su servicio, que para ellos es de lujo.

Existen taxistas locuaces y taxistas que tantean al pasajero para callar o dar charla. Es conveniente darle señales claras de lo que uno espera de él, porque todo comienzo (mudo o verborrágico) sienta precedente, y si el tachero interpreta que uno quiere beber de su sabiduría, nos lanzará un monólogo que durará exactamente lo que tardemos en llegar a destino.

También hay distintas clases de pasajero: el que da la dirección y se encierra en el mutismo absoluto, el que se desahoga y pide consejo al chofer de si renunciar o no a su trabajo, el que ordena un camino exacto para llegar a donde quiere, y así podríamos seguir.

Los taxistas saben de todo: política y deporte (cualquier deporte), música, religión, historia, filosofía, economía y todo aquello que venga bien para entretener al pasajero. El tachero es un multiplicador de rumores y opiniones nada despreciable, y sabido es que muchos son profesionales frustrados que ocultan una mente avispada.

Es molesto cuando el taxista se pelea a viva voz con un colectivero (su enemigo número uno), un peatón o un colega. Uno debe asistir mudamente a la pelea dialéctica desde su platea de lujo, mientras el tiempo se pierde irremediablemente cuando el taxi frena junto al objeto de su odio. Por supuesto, es mejor adherir a las razones del taxista propio, o por lo menos, guardar un prudente silencio si tendemos a estar de acuerdo con el rival de éste.

El taxista y el colectivero son enemigos mortales. El primero detesta al segundo porque le obstruye la calle y le demora la velocidad. Este odia a aquél porque es más chiquito y se mete insolentemente por huecos que a él se le hacen imposibles, además de circular parsimoniosamente por el carril derecho, tan caro a las paradas de colectivo. En esa guerra callejera, no sé por qué, tiendo a respaldar al colectivero, quizás porque lo veo más sacrificado en su caluroso caballo de hierro. Pero también depende de cada caso.

Ahora que tomo taxis con mis hijas pequeñitas, los taxistas se enternecen y redondean el cambio a mi favor. Esta mañana uno empezó a hacerle muecas a Valentina, a tal punto que miré insistentemente hacia delante porque el señor iba por Lacroze y no era cuestión de manejar mirando a mi hija. Está bien que sea irresistible, pero pretendo que lo siga siendo.

El taxi es un mundo, como reflejara Robert De Niro en la famosa "Taxi Driver". Y el taxi porteño es un planeta.

6 de noviembre de 2007

EL SÍ VALE MÁS QUE EL NO

En el blog de Alejandro Rozitchner me topé hace unas semanas con una columna muy buena sobre el pensamiento crítico. Recomiendo fervientemente su lectura, y también la de los comentarios que surgieron de ella.

Ese texto me hizo pensar en escribir algo sobre ese tema, que venía rumiando hace unos cuantos meses.

Observo con cierta tristeza que el afán de criticar todo negativamente, de destruir con la palabra, de instalarse en la comodidad del nihilismo pasivo, se hace hábito en muchas personas enojadas con todo. No es que esté en contra de la mirada crítica frente a la realidad cotidiana. Por el contrario, la considero imprescindible, empezando por la autocrítica. Pero creo que solo es valiosa si se completa con un acto de propuesta, de afirmación, de valentía y pasión por la vida. Al fin y al cabo, no nos gusta lo que vemos pero podemos seguir navegando en pos de lo que creemos bueno para nosotros y nuestros prójimos.

La rebeldía por la rebeldía misma es, a mi juicio, un llenar pozos en la arena con agua de mar. Es un acto placentero que no tiene mayor sentido que el de la autoindulgencia que, refugiada la mente en una cómoda torre de marfil, observa y critica todo, pero no aporta nada y mucho menos se entusiasma por algo.

Siempre me gusta ver a alguien contando sus proyectos, sus ilusiones, sus sueños, a pesar de los obstáculos que inevitablemente se presentan mentalmente en su cabeza y también en la del interlocutor. Cuán distinto es mirar la vida con amor, porque de eso se trata, de un sentimiento positivo que pese a saber lo difícil y lo mal que puede estar todo, se lanza igual a cambiarlo o a convivir con lo bueno de esa jungla impiadosa.

La mirada que uno tiene sobre su pasado personal es un caso concreto de lo que trato de expresar. Las personas que no quieren cumplir años, que no soportan mirar hacia atrás y hacer balance, tienen una evaluación negativa de lo que ha sido su vida y no rescatan sino algunas migajas de una breve fiesta que los inclina a sumergirse en el arrepentimiento o el resentimiento. Es seguro que la vida ha sido cruel con muchas personas, por culpas propias o ajenas, pero en todo caso siempre se puede apostar al cambio, al futuro incierto que depende en una gran parte de uno.

La diferencia entre una mirada negativa y una mirada positiva de la vida, el pasado, el futuro o la autobiografía se observa claramente en las lecturas, en las opiniones, en las posturas y en las palabras más usadas en el vocabulario de cada quien.

Los sajones tienen un dicho: "Each cloud has a silver lining". Cada nube tiene un reborde plateado. Y tras ella se oculta, tal vez, un sol inmenso.

Cuestionar todo puede ser bueno, pero no basta con ello. Hay que aflojar un poco con la crítica y buscarle la vuelta a algunas cosas que no podemos cambiar. Nada como el pensamiento positivo que iza las velas y avanza bajo nubarrones amenazadores, frente a una Tierra que parece plana pero termina siendo redonda porque nos animamos a descubrirla después de cuestionarla.

4 de noviembre de 2007

OTRA VEZ

Ya les había ganado en Madrid. Ahora fue en París. David Nalbandian sigue asombrando ¿o no? al mundo tenístico, que lo ha visto humillar a Federer y Nadal dos veces en veinte días. Sus rivales, caballerosamente han reconocido la superioridad del cordobés. "No entiendo cómo es el 25 del mundo", dijo el suizo. "Me ha pasado por arriba", dijo Nadal por el micrófono a los parisinos que lo oían en el Palais Omnisports de Bercy.

La final de París fue más o menos pareja en el primer set, hasta el 4-4, aunque siempre era el argentino el que estaba más cerca de quebrar. De allí en adelante, fue robo. El segundo set fue un baile. Ignoro cuándo había sido la última vez que Nadal se había sentido tan sobrepasado desde el otro lado de la red. Tal vez haya sido en Hamburgo, cuando Federer frenó su record en canchas lentas y también le ganó un set 6-0. Pero hoy fue una de esas raras, muy raras ocasiones en que se lo pudo ver impotente, casi resignado a ver pasar la pelota una y otra vez sin poder devolverla más de dos o tres veces.

Nalbandian es un caso único. En este torneo jugó como un auténtico número uno. Le ganó a Federer en octavos de final, como si el número 25 del ranking hubiera sido el suizo. Se sacó de encima el fantasma de Ferrer, quien atraviesa su mejor momento tenístico, y a Gasquet lo llevó al rincón de la cancha al que tuvo ganas. Parecía un partido ante un novato, y era contra el número 10 del mundo y en su casa.

La final fue para ponerla en un marquito. Uno ha visto y admirado a Federer, pero al ver a Nalbandian ante Nadal me preguntaba qué pensaría el suizo si estuviera viendo el partido y la facilidad con la que Nalbandian se plantaba en la cancha y lo hacía atajar penales al español (cuando podía atajarlos).

Martín Jaite parece haber sido decisivo en el presente del Rey David. Su saque es el punto más visible de su mejoría. Pero el físico ha sido fundamental. Está rápido y plantado en la cancha como nunca. Nunca, por estilo de juego, ha sido un jugador que se obligue a un gran desgaste, pero en París, por momentos, parecía como si su mitad de la cancha fuera más chica y los rivales la tiraran siempre a donde estaba él. Su revés cruzado es placentero a los ojos, sus drops son exquisitos, sus globos tienen su marca registrada. Y lo que más me impresiona al verlo es que parece divertirse con cada punto. Está más tranquilo, a lo Federer; elige dónde quiere ubicar la pelotita, y hacia allá va ella, obediente.

Por supuesto, en nuestra pequeña aldea ya estamos discutiendo si Nalbandian debe ser el número uno o si es libre de jugar cuando tiene ganas. Esta vez, con un par de semanas le alcanzó para volver de la oscuridad y quedar a las puertas del Masters, en el que imagino que los grandes dueños del ranking preferirían no verlo. Hace dos años, se estaba yendo de vacaciones a pescar y lo llamaron de urgencia. Terminó ganándole aquella final épica en cinco sets a, cuándo no, Roger Federer.

Soy sincero: si Nalbandian entra al Masters y juega como en Madrid y París, creo que puede ganarles a todos de nuevo. En este momento, él es el número uno.

3 de noviembre de 2007

EL DISCO DE LA SEMANA: BROTHERS IN ARMS

El lector habitual y atento habrá observado que cuando elijo a una banda como protagonista de la semana, selecciono una foto del grupo. En este caso, mi homenaje gráfico es para el líder de la que fuera una de las bandas más exitosas de los años 80, y no justamente por el camino del punk rock. Me refiero a Mark Knopfler, el escocés de Glasgow que comandó Dire Straits durante sus 18 años de discos y conciertos, selectos al principio, multitudinarios al final. Y el album que despertó la atención del público masivo fue el que aquí nos congrega: Brothers in Arms.

Dire Straits fue fundada en 1977 por Mark Knopfler, quien ya tenía el título universitario de Profesor de Literatura, y se las rebuscaba como periodista en un par de diarios pero sentía que su verdadera vocación pasaba por la música. Así pues, junto a su hermano David, más John Ilsley en bajo y Pick Withers en batería, empezaron a tocar en los pubs, y sacaron cuatro discos de éxito menor, pero de alta calidad y cada vez mayor popularidad. El gran clásico "Sultans of Swing" fue producto del primero de ellos.

"Hermanos Abrazados", o "Hermanos en Armas", fue el que les abrió las puertas de los grandes escenarios en 1985. Fue el primero grabado con sonido digital y difundido en formato de CD, una verdadera innovación para la época. David Knopfler ya no estaba en la banda, peleado con su hermano. Mark era la voz y la guitarra, y estaba secundado por el ya mencionado John Ilsley en bajo, Alan Clark (quien también ha grabado con Bob Dylan) y Guy Fletcher en teclados, y Terry Williams (quien ha sido músico de sesión de monstruos como BB King y el ya nombrado Bob Dylan) en batería.

El disco empieza con los tranquilos acordes de "So Far Away", que lejos están de dar pistas sobre los platos fuertes que vienen después: tres éxitos que han trascendido el disco y marcado la trayectoria de Dire Straits.

El primero es "Money for Nothing", un tema excepcional que Knopfler compuso con la colaboración de Sting, que también hace los coros en él. Su introducción es una de los mejores que recuerde en el género pop. La canción, que fue grabada en Monserrat, donde Sting estaba de vacaciones, fue todo un éxito como single y fue usado por la MTV para promocionarse, ya que en él se oye la voz del vocalista de The Police que dice: "I want my MTV". El video fue el primero difundido a través del por entonces novedoso canal MTV en Europa.

"Walk of Life" es otro tema que hizo arder las pistas ochentosas, y para aflojar con tanta adrenalina, lo sigue el tranquilo "Your Latest Trick". De este último, recomiendo firmemente, además del original, la versión en vivo en el disco "On the Night".

El tema siguiente es otra exquisitez: "Why Worry", un tema que a mí personalmente me llega al corazón. A continuación, los que refuerzan el disco, en un tono más tranquilo: "Ride Across the River" y "The Man's Too Strong". "One World" se parece quizás a los dos discos previos de la banda, en su cadencia.

Para coronar el album, otro tema legendario: "Brothers in Arms", que además de darle el nombre al disco le brinda un cierre intimista, lento y extenso. Más que una canción de un album pop, es una reflexión de Knopfler frente a la guerra. "There's so many different worlds / so many different suns / and we have just one world / but we live in different ones". Lo que le da brillo a esos acordes no es el tema de la guerra, nada original, sino el ritmo cansado y reflexivo del genial guitarrista, respaldado por un teclado que insinúa dramatismo y una tímida percusión.

Siempre agrego un pequeño párrafo para pintar mi recuerdo personal de cada disco. En este caso, "Brothers in Arms" fue uno de los primeros cassettes que tuve en mi poder, grabado por el Nono, que seleccionó las canciones que más le gustaban de él para que entraran en un solo lado de 45 minutos. Tiempos de adolescencia, cuando el único grabador disponible en mi casa era el de mis hermanas, un Crown con teclas de esas que quedaban hundidas al presionarse, y me quedaba horas esperando que pasaran alguna canción en especial por la FM Láser 102 para grabarla. Más acá en el tiempo, tuve la oportunidad de admirar el virtuosismo de Knopfler en el recital que dio en el Luna Park en abril de 2001. Fue el primer concierto al que concurrí con Paula, y fue después de él que mi primo Carlitos conoció a la dueña de mis días. Nos esperó fumando un pucho en la esquina de Bouchard y Lavalle, y fuimos a comer pizza a "Las Cuartetas" con Arteche y Hot.

Mark Knopfler ha desarrollado, antes y después de la disolución de Dire Straits en 1995, una carrera solista que llega hasta hoy. En septiembre de 2007 sacó su última obra, "Kill to Get Crimson", que recomiendo a quien busque algo distinto en el empobrecido presente musical. Se mueve entre el blues y el country folk norteamericano.

El video de cierre de esta columna semanal, esta vez, es doble. Por un lado, el todopoderoso "Money for Nothing", pionero en imágenes computarizadas, el cual preveía un mayor detalle en los dibujos, pero se quedó corto de presupuesto. En segundo lugar, "Brothers in Arms", otro video muy recordado, con escenas que parecen pintadas en carbonilla y oscilan entre la guitarra de Knopfler y la desoladora guerra en las trincheras.


1 de noviembre de 2007

CINCO AÑOS...


...CON ESTOS RESULTADOS...


...Y UN CORAZÓN DIMINUTO LATIENDO HACIA EL 2008.

La historia completa, acá.