19 de agosto de 2009

EL PETISO OREJUDO Y EL MAL ENTRE NOSOTROS

En La Nación.com publicaron una investigación multimedia sobre el Petiso Orejudo, el primer asesino serial famoso que tuvo la Argentina. Álvaro Abós ya se había ocupado de él en un excelente artículo y también hay más detalles en el blog "Escrito con Sangre", incluyendo un estremecedor video de 21 minutos, que he insertado más abajo. Antes de él también incluyo un pequeño documental de un programa español sobre el caso (el presentador es curioso). El tema no es apto para menores ni personas impresionables.

No pude dejar de recordar una nota que había escrito hace unos tres años en este espacio, con algunas reflexiones sobre este personaje y esa malévola faceta que habita a todo ser humano, y que por suerte aflora solo en unos pocos. Vale la mención de aquel archivo.

El ser humano puede ser un monstruo, pero nunca deja de ser humano. El mal existe.



17 de agosto de 2009

LAS HERAS Y SAN MARTÍN

Siempre me ha llamado la atención, cada vez que voy al mausoleo de San Martín en la Catedral de Buenos Aires, que uno de quienes acompañan al gran prócer en su descanso sea Juan Gregorio de las Heras. Tomás Guido, cuyos restos ocupan la urna que está a la izquierda del visitante, fue amigo y confidente de San Martín hasta el final, como lo prueban las numerosas cartas que podemos encontrar en la obra de Patricia Pasquali, "San Martín Confidencial". Pero de Las Heras, que ocupa la urna de la derecha, ignoraba la razón de su presencia tan selecta en ese mausoleo, que se suma a la del soldado desconocido ubicada detrás del monumento.

Las Heras tuvo un desempeño muy importante en la gestación de nuestra independencia y su sostenimiento, ya que combatió en las Invasiones Inglesas, ayudó a organizar el Regimiento de Patricios en la Revolución de Mayo, fue gobernador de Buenos Aires entre 1824 y 1826, y también fue general de división del ejército chileno.

Junto a San Martín, ocupó un rol importantísimo en la campaña libertadora, al cruzar los Andes al mando de una división a través del Paso de Uspallata, y liderar parte de las fuerzas vencedoras en Maipú y Chacabuco. Incluso en el desastre de Cancha Rayada logró retirar a 3.500 hombres del campo de batalla cuando la derrota ya era un hecho, lo que posibilitó el rearme y las posteriores victorias ya mencionadas. De hecho, encontré en Educ.ar la siguiente cita de Mitre: "Las Heras salvaría la revolución americana en el día de su mayor conflicto".

Pero aquí llego a mi desconcierto: el hombre que fue uno de los dos elegidos para acompañar el descanso eterno de San Martín en su mausoleo tuvo visibles diferencias con éste e incluso recibió sanciones por ello.

El 14 de mayo de 1816, en carta a Tomás Guido, San Martín desaconsejó el nombramiento de Las Heras al mando del Regimiento 11 para la expedición libertadora a Chile. "Heras tiene disposición y deseos pero no tiene conocimiento del manejo interior de un cuerpo", escribió el santo de la espada. Según Pasquali, Las Heras se enteró de estas reflexiones y comenzó a conspirar junto a otros implicados "para resistir por la fuerza el pretendido relevo, planeando incluso atentar criminalmente contra la persona de San Martín". Agrega: "La confabulación fue abortada a tiempo por el Comandante del Ejército, quien no tomó represalias contra Las Heras, como sí lo hizo con otros dos implicados; solo se limitaría a reducir su regimiento, el n° 11, a un solo batallón (...) De todos modos ese fue el origen de un sordo resentimiento que se arraigó en aquel coronel contra su jefe".

De todas maneras, en cartas posteriores San Martín siempre se interesaba por Las Heras cuando ya no lo tenía a su lado, y éste fue ascendido antes de la campaña al Perú, en la que tuvo un rol de aun mayor jerarquía: jefe del Estado Mayor. Pero fue allá donde Las Heras solicitó su retiro del Ejército Libertador en disconformidad con decisiones de San Martín.

En la misma página de Educ.ar, encuentro que "la Comisión de Repatriación de los restos del general San Martín había propuesto al Gobierno Nacional la erección en el mausoleo de la Catedral de cuatro estatuas de los más distinguidos generales del Libertador «para los cuales están preparados los nichos, pidiendo a V. E. -dice la nota- solicitar al Congreso decrete ese honor para los generales Las Heras, Arenales, Alvarado y Zapiola»". Como suele ocurrir en nuestro bendito país, solo uno de ellos tuvo el honor de ser enterrado junto a San Martín, y fue Juan Gregorio de las Heras.

Esto no pretende ser un análisis exhaustivo de la relación entre San Martín y Las Heras (otros saben mucho más que quien esto escribe sobre el tema), sino más bien un interrogante que se me plantea al ver al segundo junto al primero en el mausoleo, habida cuenta de los méritos que tantos tienen para estar allí. No le quitaremos sus bien merecidos laureles a Las Heras, pero hubo disensos entre ambos y otros personajes fueron siempre más cercanos en el sentimiento al héroe argentino.

14 de agosto de 2009

HITCHCOCK SIGUE DANDO MIEDO

Ayer se cumplieron 110 años del nacimiento de un genio del cine: Alfred Joseph Hitchcock. Siempre vale la pena volver a ver "Psicosis" o cualquiera de las otras. Hace poco vimos con Paula, por ejemplo, "La Soga", película de 1948 en la cual dos amigos de la universidad asesinan a un tercero, lo esconden en un baúl e invitan a la familia de la víctima a comer (por supuesto sin saberlo) usando el baúl como mesa.

El gran director de thrillers, que era un admirador de Edgar Allan Poe, solía tener apariciones fugaces en sus películas, que casi siempre pasaban inadvertidas para el público pero quedaron registradas para siempre. En su homenaje, dejo al amigo lector un video con esas apariciones (llamadas "cameos").



A modo de yapa, los invito a ver también el anticipo de la película "Psicosis" que salió al aire, donde el propio Hitchcock guía al espectador por el gran escenario de los hechos, con una gracia inigualable y un sugestivo suspenso. El final del corto es digno de la película que vendría después, y tiene un detalle que no revelo para no arruinar la pequeña sorpresa. Pueden encontrar ese detalle aquí.



Una señora le dijo una vez al gran director que su hija había quedado tan aterrada con la escena de la ducha en "Psicosis" que no podía bañarse en la ducha. Él le contestó mordazmente que probara con el lavado en seco. De hecho, Janet Leigh -la protagonista de la escena- también quedó afectada por ella en su vida cotidiana, y cada vez que se bañaba aseguraba las puertas y ventanas de la casa y dejaba la del baño abierta. Puedo decir, en mi humilde caso, que en ocasiones he sentido una irracional aprensión -"miedo" no es la palabra- frente a una cortina de baño, aun sin haber visto "Psicosis".

Disfrutemos la magia de Hitchcock, el maestro del miedo que afirmó: "No hay terror en el golpe, sino solo en su anticipación". En otras palabras: el miedo no está ahí afuera sino dentro de nosotros.

11 de agosto de 2009

REALISMO E IDEALISMO

"Some see things as they are and ask why. Others dream things that never were and ask why not." (George Bernard Shaw)

Traducción: "Algunos ven las cosas como son y preguntan por qué. Otros sueñan cosas que nunca fueron y preguntan por qué no."

¿A quién le haces tus preguntas, amigo lector?

VIGGO Y BORGES, UNIDOS POR EL CICLÓN

Imperdible nota a Viggo Mortensen en La Nación con motivo del lanzamiento de una colección de poesía argentina contemporánea por parte de la editorial que él dirige.

Rescato un par de respuestas suyas:

-Fútbol y poesía ¿dónde convergen?

-En el Bambino Veira, por ejemplo.

-¿Por qué de San Lorenzo?

-Porque nací.

-Borges era un admirador de la mitología escandinava. ¿Leyó su obra?

-Le voy a contar algo que a lo mejor no sabe de Borges. Cuando él trabajaba en la biblioteca Miguel Cané, no muy lejos de San Juan y Boedo, e iba a almorzar a un café de la zona, los hinchas de San Lorenzo le insistían continuamente que tenía que hacerse hincha del Ciclón, hasta que el escritor, al cual no le interesaba nada el fútbol, finalmente aceptó llamarse "un cuervo más". Y hasta se dice que su pijama favorito era azulgrana.

Y pronto cita a Borges al reflexionar sobre su rol de hincha: "[...] Pero pronto noté que San Lorenzo de Almagro casi nunca ganaba. Entonces yo hablé con ellos y me dijeron que no, que el hecho de ganar o perder era secundario -en lo que tenían razón-, pero que San Lorenzo era el cuadro más científico de todos. Eso me dijeron, ¿sí?, se ve que no sabían ganar, pero lo hacían metódicamente."

En la foto que acompaña estas líneas, vemos al gran Mortensen junto a Cate Blanchett, en una de las ceremonias de entrega de los Premios Oscar. El hijo de la blonda actriz debe haber nacido cuervo, sin dudas.

Gracias, Viggo, Boedo es barrio de tango, cultura y San Lorenzo.

9 de agosto de 2009

BRIAN BORU, EL ÚLTIMO REY DE IRLANDA

El viernes pasado mi señora mamá cumplió años y salí con Pedrito a buscar su debido obsequio. Nada parecía más indicado que el negocio de souvenires irlandeses que se encuentra en la galería de Echeverría y Zapiola, frente a la estación Belgrano "R". Y efectivamente, allí dimos con un cuadrito del rey Brian Boru, enigmático y señorial, que apartamos para Mamá. Desde su expresión severa pero bondadosa, el personaje en cuestión me exigió mayor investigación de sus hazañas, y helas aquí.

Podemos decir que Brian Boru fue el último rey que unificó a Irlanda en una sola nación celta. Nos hallamos alrededor del año 1000. Su hermano y su madre murieron a manos de los vikingos, que como se sabe anduvieron por esas tierras y es altamente probable que hayan llegado hasta América, aunque una versión sostiene que antes lo hicieron los mismos celtas desde España.

El hermano de Brian, Mathgamain, era el líder del clan Dál gCais, y después de vencer a los rivales de los Eóganacht, fue a un encuentro de reconciliación con ellos que resultó un desdichado engaño: los anfitriones lo asesinaron, y Brian tomó el mando para vengar a su hermano. Mató a Mael-Muad, el rey asesino, y permitió a su hijo que conservara el trono del clan en Leinster, pero por supuesto bajo su mando.

Esto fue el inicio de las campañas guerreras de Brian Boru, que extendieron el reinado de su clan por toda Irlanda. Sin embargo, Leinster volvió a rebelarse tras una especie de golpe de estado contra el rey aliado de Brian. El buen Boru sitió Dublin (la actual capital de Irlanda) y venció a Sigtrygg Barba de Plata, primo de Máel Mórda mac Murchada, nuevo rey de Leinster.

Finalmente, en 1002 Brian Boru se convirtió en el rey de toda Irlanda, aunque tuvo que seguir luchando contra nuevas rebeliones, la más importante de Máel Mórda otra vez, quien tenía en sus fuerzas a los temidos vikingos. Brian ganó esa batalla, pero perdió la vida en ella. Esto marcó el fin de los reyes celtas en Irlanda, y unas décadas más tarde llegarían los normandos y por ende los ingleses (Guillermo el Conquistador había invadido Inglaterra en la batalla de Hastings, en 1066). Irlanda no volvería a ser libre hasta el siglo XX.

Brian Boru es un personaje muy reconocido en Irlanda. Favoreció la labor de los monasterios de la isla, que como narra Thomas Cahill en el libro que ocupa mis días actuales, "salvaron la civilización" occidental. De él se cuentan muchas historias. Por ejemplo, que tenía un harén, que poseía 30 perros y 40 gatos, y que tocaba muy bien el arpa (de hecho la más antigua de Irlanda es atribuida a él, aunque el carbono 14 indique lo contrario).

Por supuesto, existe una Brian Boru Pipe Band en... ¡Minnesota!, que pueden escuchar aquí y tiene su correspondiente página en Facebook. También un triatlón que lleva su nombre a título de desafío, y un Brian Boru Club en Inglaterra. Sin olvidar, por supuesto, la cerveza Brian Boru y varios pubs del mismo nombre del héroe irlandés. Su fuerte y sus tierras son legendarios.

De su linaje descienden los O'Brien, uno de cuyos representantes fue granadero y asistente de San Martín, tal como ya he mencionado.

Este manojo de apuntes sobre Brian Boru está dedicado a mi mamá, para que sepa quién la contempla desde ese pequeño cuadro que ha llegado a su hogar.

3 de agosto de 2009

MOZART INÉDITO

Alguna vez he mencionado por acá el llamado efecto Mozart. Pues bien, recientemente descubrieron unas partituras inéditas del genio musical más grande de todos los tiempos, y en Salzburgo tocaron dos de esas obras, que el gran Wolfgang compuso cuando tenía... ¡siete años!

A través de BlogBis llegué a una nota de un diario francés donde se pueden escuchar las obras. Están en este enlace. Relájese el amigo lector, suba el volumen y después me cuenta.

A veces pienso que Mozart fue un ángel enviado por el Barba a la Tierra, que se divirtió un rato con nosotros y nos dejó un anticipo del Cielo en esta vida.

2 de agosto de 2009

CARLOS ROBERTS Y LA OBRA MÁS COMPLETA SOBRE LAS INVASIONES INGLESAS

En este rincón ya me había referido a ese hecho fundacional de la historia argentina que fueron las Invasiones Inglesas. Ahora he terminado de leer la obra de Carlos Roberts, que es un clásico de la literatura sobre ese hito de la independencia. Publicado por primera vez en 1938, el libro sigue siendo una fuente de consulta permanente para cualquier interesado en saber más del tema, y revela toda la trama de las invasiones que estuvieron a punto de poner a la naciente Argentina en la órbita del Imperio Británico.

Roberts, que era ingeniero militar y poseía documentación desconocida sobre las Invasiones Inglesas, viajó e investigó durante años y afortunadamente nos dejó el fruto de su trabajo en forma de un libro -cuyo título completo es "Las Invasiones Inglesas del Río de La Plata y la influencia en la independencia y organización de las Provincias del Río de la Plata"- y donaciones varias. Describe con lujo de detalles toda la trama política que hubo detrás de la llegada inglesa al Río de la Plata, y lo hace con cartas, mapas y testimonios que dejaron los protagonistas de la contienda. El lector descubre lo cerca que estuvieron los ingleses de reconquistar Buenos Aires, y los errores garrafales de Whitelocke que lo impidieron ante un Liniers casi vencido en lo que hoy es Plaza Once. Si Whitelocke no hubiera decidido frenar su ofensiva para esperar a su retaguardia, la gloriosa defensa de los milicianos porteños no habría tenido tiempo de reorganizarse y la Plaza Mayor habría sido pan comido para los invasores.

El libro no se limita a los años 1806 y 1807. Llega hasta el año 1870 relatando la influencia definitoria que tuvo Gran Bretaña sobre los primeros pasos de la Argentina como nación independiente, a tal punto que si no hubiera sido por ella habría sido muy difícil que España no derrotara a los revolucionarios de 1810 rápidamente. De hecho, la resistencia que los ingleses encontraron en las calles de Buenos Aires durante la segunda invasión -cuando vinieron con 9.000 hombres- se debió a sus mensajes ambiguos sobre su posición en cuanto a su objetivo final, que era principalmente económico: abrir los puertos del Plata al comercio inglés, algo que España se cuidaba muy bien de evitar y que generaba un contrabando gigantesco.

Muy interesante es el relato sobre cómo una tercera invasión estuvo al borde de volver a Buenos Aires pero se desvió a último momento a España -en 1808- debido a la rebelión ibérica contra la dominación napoleónica que se inició en aquel 3 de mayo tan bien retratado por Goya en uno de mis cuadros preferidos. ¡Ah, los recovecos de la Historia!

Roberts describe a todos los personajes que tuvieron algo que ver en la contienda y se detiene en algunos en especial. De Mariano Moreno, por ejemplo -a quien ya nos referimos con motivo de mi lectura anterior- lo pinta como un desequilibrado, mientras que al británico lord Strangford, el hombre que desde Río de Janeiro apoyó a los patriotas del Plata, lo deja como un amigo de estas tierras.

El lector también se encuentra con detalles como el juicio al que fue sometido Whitelocke al volver derrotado a Inglaterra -cuya transcripción completa encontré esta semana en la librería Cúspide-, y de cómo se salvó de ser condenado a muerte por ser pariente de la Casa Real. Los capítulos dedicados a la diplomacia europea son apasionantes, y al recorrerlos podemos darnos cuenta de que la Historia tiene mil caminos posibles, pero uno solo efectivamente concretado aún sin haber sido el más probable en su momento. Los roles de España, la Francia de Napoleón, Portugal y Estados Unidos son analizados con perfección, y también las internas en el gobierno británico.

Existen muchos libros sobre las Invasiones Inglesas, pero creo firmemente que el que he leído es el primero en la lista para todo aquel interesado en el nacimiento de la patria, que se gestó cuando los criollos comprendieron que no necesitaban a España para rechazar a un ejército imperial.

Posdata: el general escocés Robert Craufurd -que posteriormente tuvo un desempeño brillante en la guerra anglo-española contra Napoleón- fue el jefe de la expedición naval en la segunda invasión, y escribió un libro en el que daba cuenta del desarrollo de toda la aventura. Las maravillas de Internet nos permiten tenerlo al alcance de un click.