29 de marzo de 2006

PAZ

EL REGRESO

Nuestras vacaciones transcurrieron felices y algo ruidosas, pero no debido a bocinas e insultos sino a los cólicos de la abnegada Valentina, que pugnaba por digerir la leche materna a toda hora.

Es lindo estar de vacaciones, pero coherentemente con lo sostenido en otra entrada, afirmo que las vacaciones también son esos momentos de alegría y felicidad durante el año. Incluso en el trabajo, en un recreo inesperado, puede haber un instante de vacaciones, aunque más no sea al disfrutar un matecito de cinco segundos.

La escena que aquí se exhibe transcurrió en el Mercado Viejo de Montevideo. Nos pedí una cazuela de mariscos tan cara como exquisita. Sofía la disfrutó en abundancia y sus papás también.

Ahora bien, esta escena también podría haber sido fácilmente tomada en Croxi, nuestra pizzería amiga, en Empanadas Salteñas, nuestra casa de empanadas amiga, o en Down Town Matías, uno de nuestros pubs amigos.

Es sensacional pasar 10 días como los que pasamos, pero tampoco se la pasa tan mal en Buenos Aires. Lo verdaderamente importante es tener el corazón satisfecho.

9 de marzo de 2006

VACACIONES

Si por algún motivo oscuro necesitan ubicarme en los días que transcurrirán después de este viernes, pueden meterse por el caminito de la playa, allá en el Fortín de Santa Rosa, y buscarme detrás de alguna ola o enterrado en la arena hasta el cuello junto a la Chochi.







Otra posibilidad será hallarme en el patio colonial de la posada, ante un libro amigo que me regale horas de relajo y reflexión, o en una indescriptible siesta bajo el sol uruguayo.





Una tercera alternativa será dirigirse al salón de té. Si sienten un inconfundible olor a scons, allí estaré con Paula sirviéndonos chocolate caliente y espeso en una taza bien fina y artesanal, de las que le gustan a ella.





Si ninguna de esas búsquedas tiene éxito, lo mejor será ir directamente a nuestra habitación. Allí me hallarán completamente dormido, con Valentina a mi lado, envuelto en sueños marinos de piratas y tesoros.





El 25 de marzo la Chochi cumple 2 años, pero el sol y la luna de ese día me encontrarán solitario en San Juan, a donde iré fugazmente para el casamiento de mi amigo/hermano Gonzalo, en el hotel Bahía Las Tablas. Allí podrán encontrarme en la tarde de ese sábado, chapaleando en la piscina, o en la noche, incendiando la pista y brindando por las fiestas pasadas y futuras.

Si me imaginan en alguno de estos lugares, junto a mis seres más queridos, los recibiré en ellos con un manojo de ilusiones y la alegría a flor de piel. Entonces la luz amarilla de una oficina o los pixels de una pantalla se convertirán en un baño de sol y un manojo de arena tibia.

No hay nada que hacer: las vacaciones nos salen al paso cada año, con su bohemia, con sus lujos y con la fuerza que el mar guarda en sus entrañas.

Es bello soñar despierto, pero más exquisito es despertar en un sueño aún mejor.

8 de marzo de 2006

MUJER

Parece que hoy hay que hablar de la mujer. Vayan, pues, estas líneas.

"Una mujer hermosa agrada a la vista; una mujer buena agrada al corazón. La primera es una joya; la segunda un tesoro". El autor de esta reflexión no fue otro que el mismísimo Napoleón Bonaparte, alguien que tenía cierta experiencia de vida.

He vivido rodeado de mujeres. En mi casa éramos tres mujeres (María Fe, Teresa e Isabel) y dos varones (Fernando y este servidor), es decir que en la mesa éramos minoría y con los años aprendí que mis hermanas hablaban mucho. Mis papás escuchaban más.

Ahora vivo con otras tres mujeres: Paula, Sofía y Valentina. Mientras espero que la naturaleza me regale algún varón en los próximos años, disfruto de toda la ternura, la alegría y la delicadeza que estas tres almas le regalan a mi vida.

"La mujer no ha sido hecha para ser comprendida, sino para ser amada". A esta frase, que es una de mis favoritas, la pronunció Oscar Wilde. Paso otra del mismo autor: "Si quieres saber lo que una mujer dice realmente, mírala, no la escuches".

Debo decir que me divierto mucho con las mujeres y sus cualidades. Enigma cruel para muchos hombres, su sistema de comunicación es completamente distinto del masculino.

La mujer no sentencia, insinúa.
La mujer no acepta, duda.
La mujer no mira, escudriña.
La mujer no invita, seduce.
La mujer no avanza, espera.
La mujer no cruza, rodea.
La mujer no ordena, propone.
La mujer no busca, descubre.
La mujer no se queja, descarga.
La mujer no reclama, comparte.
La mujer no pide ayuda, muestra sentimientos.
La mujer no informa, comunica.
La mujer no pelea, simula.
La mujer no explica, da a entender.
La mujer no exige soluciones, pide escucha.
La mujer no se aísla, se ofende.
La mujer no busca sentirse necesaria, desea sentirse querida.
La mujer no contiene sus sentimientos, los expresa.

La mujer no espera un ramo de flores en su cumpleaños, pretende una flor en cada día.

Salud, amor y pesetas para todas ellas desde este humilde rincón.

6 de marzo de 2006

POCO SERIO

"Sé de un planeta en donde habita un Señor carmesí. Nunca ha sentido el perfume de una flor, nunca ha mirado una estrella. Tampoco ha querido a nadie. Sólo una cosa ha hecho en su vida; sumas y restas. Repite todo el día, como tú, hasta el cansancio: "Soy un hombre serio! Soy un hombre serio!", hinchándose de orgullo. ¿Sabes lo que creo? ¡Que no es un hombre, es un hongo!"

Cada vez que me sorprendo siendo un hombre serio en medio de la rutina, recuerdo estas palabras de El Principito que alguna vez copié en una dedicatoria. Entonces, silenciosamente, me hago bromas mentalmente a mí mismo, o recuerdo situaciones graciosas, o pienso en mis mujercitas que me esperan en mi casa, o evoco a Rosko, que se preocupaba por las cosas importantes de su vida (comer, pasear y jugar).

Y si tengo un espejo a mano, me miro y me hago muecas, y me sonrío.

Y entonces, respiro aliviado y me reconozco.

2 de marzo de 2006

HACER REIR

Algo que siempre valoro sobremanera en una persona es que me haga reir. La verdad es que no es tan fácil hacerme reir. Suelo hacerlo porque quiero, es decir, me gusta reirme y sé que le hace bien a todo el organismo. "Reir alarga la vida", dicen. Pero me doy cuenta de que en las reuniones todos se ríen de algo o alguien que a mí no me provoca risa. Apenas esbozo una expresión de acompañamiento.

En las reuniones suelo ser, en ocasiones, ese tipo que nada dice y contempla toda la escena: los rostros, los gestos, los detalles, las personalidades. Me gusta descubrir silencios, características, rarezas que pasan desapercibidas para la mayoría. En una palabra, detectar detalles.

Por supuesto se me han escapado mil y uno de ellos. Es imposible percibir todo. Pero me gusta intentarlo, y simpatizo con aquél que viene más tarde y comparte conmigo alguna observación que se me había pasado desapercibida.

Siempre me gustaba, en algún amistoso, quedarme en silencio y dejar el espacio para que fuera la muchacha quien se viera obligada a hablar. Entonces también se descubría otra parte de su personalidad. Esto podía ser mucho más entretenido que obtener números de teléfono.

La primera noche que salí con Paula ella se pidió una "cheese-cake" o tarta de queso. En determinado momento opté por hablar lo mínimo. Le hacía mis preguntas y la miraba. Ella se puso nerviosa, y a cambio yo terminé comiéndome toda la tarta. Siempre se acuerda de esto.

Otra vez salí con una mujer que amaba las palabras que salían de su boca. Hablaba de ella, y de ella, y de ella. Yo callaba. Vista de afuera, su actuación era por demás ridícula, pero, encerrada en sus palabras, no podía verlo.

Volviendo al principio, admiro a las personas graciosas. No a las chabacanas, ni a las narcisistas que pretenden que todo el mundo esté pendiente de sus bromas, ni a las que repiten lugares comunes.

Admiro a las personas originalmente graciosas.