27 de septiembre de 2006

LOS 7 HÁBITOS

Tres meses después de empezarlos, terminé los dos libros que estaba leyendo, entre cambios de pañales, llantos de bebé a las tres de la mañana, un 7 a 1 que me deprimió por dos semanas y un viaje a Chile. Había prometido algún detalle de mi lectura.

Del primero de ellos, "Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva", me quedaron lecciones productivas para la vida cotidiana, y mucho material para elaborar internamente. Un libro como ese exige un tiempo de asimilación después de leído, y en eso ando. Puedo adelantar una brevísima síntesis.

Stephen Covey propone, en primer lugar, tres hábitos a los que ubica dentro de la esfera privada de cada persona. Ellos son:

1) Ser proactivo, es decir, ser consciente de que uno escribe su guión sin que lo escriban otros.

2) Empezar con un fin en mente, o sea, tener claro a dónde nos dirigimos voluntariamente, cuál es el plan de vuelo. Es lo que se llama tener visión a futuro para nuestra vida, sin dogmas preestablecidos.

3) Primero lo primero, que significa distinguir lo urgente de lo importante y darle preponderancia a lo segundo, a pesar del vértigo cotidiano. Establecer un orden de prioridades en el corto, mediano y largo plazo.

De aquí pasamos a los segundos tres hábitos en la esfera de lo público, cuando hemos atravesado la frontera entre la dependencia de libretos ajenos y entramos en la independencia mental, que implica autonomía para darse los criterios y las decisiones.

4) Pensar en la fórmula "ganar/ganar". Esto significa que en nuestras relaciones de transacción con los prójimos, en las que solemos pensar en un esquema "Si yo gano, él pierde, y si él gana, yo pierdo", es más eficiente y muy posible trabajar sobre resultados que beneficien a ambas partes. La familia es un marco típico de aplicación de este principio.

5) Primero comprender, y después ser comprendido. Algo sobre esto ya había insinuado en una columa anterior. Cuando uno se sitúa en la cabeza del otro y atiende a sus inquietudes, preocupaciones y puntos de vista antes de exponer los propios, la mitad del camino ya está recorrido. La amistad es, por ejemplo, una relación que exige esta comprensión permanentemente.

6) Buscar sinergia, es decir, lograr que la suma de 1 + 1 sea igual a 3 o más. Trabajo en equipo, que le dicen. Las diferencias son valoradas porque enriquecen un trabajo que de ser solitario perdería posibilidades de superación.

Aquí el sujeto ha llegado a la fase de la interdependencia, aquella en que, siendo independiente mentalmente, cosecha también los frutos de su relación con los demás. El séptimo hábito, que busca reforzar todo el esquema es:

7) Afilar la sierra. Esto hace hincapié en lo importante que es, mientras se cosechan los frutos del esfuerzo, seguir preparándose para los desafíos siguientes, para que la sierra siga siendo capaz de cortar nuevos obstáculos. Covey menciona permanentemente la complementariedad P/CP, donde P es la producción y CP es la capacidad de producción, dada por el entrenamiento y el refuerzo constantes en 4 áreas: física (deporte), mental (cultura), espiritual (creencias) y social (relaciones).

Los 7 hábitos están basados en principios que según Covey son aplicables en todo tiempo y lugar, y pueden ser enunciados de una u otra manera sin que ello afecte su validez. Uno pensaría que este es un libro más de management, liderazgo empresarial o algo parecido, pero no es así. Los textos están amenizados con ejemplos de la vida cotidiana que Covey ha insertado sabiamente para ilustrar la teoría.

Prometo reflexiones de los otros dos libros que terminé la semana pasada. Espero que estas hayan servido de algo al amigo lector.

2 comentarios:

Anxie dijo...

Muy interesante el artículo, tal vez lea el libro... me pareció que daba lugar también a la reflexión de como somos en nuestra personalidad luego de leerlo no es así?.. por lo menos al leer las líneas de tu artículo me rondaba en la cabeza esa idea... y bueno... habrá que poner en práctica los 7 habitos...

Un beso grande....
(Breaking News: Al fin actualicé mi blog)

El Bambi dijo...

Efectivamente, al recorrer las páginas del libro uno también recorre varios aspectos de su carácter, y encuentra por supuesto debilidades varias que hay que superar.

En mi caso, apliqué el primer hábito en un determinado momento del año pasado, y lo que se presentaba como una tensión creciente en un ambiente determinado desapareció instantáneamente. Conclusión: El hábito dio resultado casi mágico en el terreno cotidiano, ni bien ser aplicado.

A algunos de estos hábitos, no obstante, también podemos estar aplicándolos sin darnos cuenta, tan siquiera porque nos fueron inculcados de otro modo o porque nosotros los cultivamos (conscientemente o no) sin haber leido el libro.