13 de diciembre de 2005

DESEO Y GOZO

"No hay nada más bello que lo que nunca he tenido", dice Serrat en "Lucía", canción dedicada a una novia argentina, hija de un conocido de mi señor padre. Justamente en días pasados cité esta frase en conversación con una compañera de trabajo.

Lo que plantea la comentarista detractora del color verde en su última columna es algo que suele ocurrir. Este servidor pugnó por salir con distintas mujeres, que una vez a tiro ya no inspiraron los mismos afanes. Pero en otras ocasiones ello no sucedió, y cuando tuvo lugar fue debido a que más de cerca (en todo sentido) las cosas cambian.

La palabra "histeria" aparece ineludible como una forma de deseo pendular. Hay cierta tendencia en el ser humano a ser histérico, pero algunos lo son en insoportable abundancia.

Yo no me juzgo en absoluto histérico, y eso me ha traído no pocos dolores de cabeza (y de corazón) en el pasado. Conforme fue avanzando el tiempo, mi tolerancia a la histeria ajena (de las mimosas hablo) se fue reduciendo hasta llegar a un desprecio hecho reproche por actitudes que yo consideraba dilatorias o indecisas sin sentido. Algunas lo recordarían con odio, con asco o con la condescendencia que se le otorga al loquito.

Sin embargo, la comentarista no hacía referencia a esta clase de deseo interrumpido. El deseo es un apetito por un bien ausente, según Aristóteles (esto no es filosofía barata). Es decir que una vez que el deseo se hace carne, ya no es tal sino en todo caso goce o fruición ante el bien presente. Ahora bien, si el sujeto no goza de lo que deseaba una vez que lo alcanza, eso ya es un problema que la filosofía no contempla.

En el terreno de la calle pura, yo disfruto intensamente de todo lo que he deseado una vez que lo alcanzo. He detenido la redacción de estas líneas por un instante para repasar mis recuerdos y detectar algún caso en el que no haya gozado de algo largamente deseado. No lo he encontrado, lo que no quiere decir que no exista. Sí puedo dar fe de que mi disfrute de algo ha sido directamente proporcional al esfuerzo y la paciencia exigidos para alcanzarlo.

Ejemplifico: La tarde del 95 en que San Lorenzo festejó su campeonato después de 21 años fue para mí un paraíso de placer, y a fin de no interrumpir ese goce durante la noche postrera, dormí envuelto en las suaves y azulgranas curvas de la bandera del Ciclón. Al día siguiente concurrí a mi lugar de trabajo vestido con la camiseta, medias, calzoncillo y todo lo que hubiera a mano del cuadro de mis amores, bajo un sobrio impermeable. Pagué bebida y donuts para 60 personas, sin importar sus colores, y canté durante toda la jornada con lo poco que me quedaba de garganta. Eso es festejar algo largamente esperado.

No puedo decir lo mismo del día del 2001 en que San Lorenzo salió campeón: fui preso. Pero eso ya es otro tema.

Una última acotación: Yo he visto a la columnista disfrutar de la pizza sin dudar (y digo "la", en general, para no herir susceptibilidades). No la vi arrepentida de haberla elegido ni desganada en su ingestión, por lo tanto al "Siempre deseo algo que, al alcanzarlo, ya no lo deseo más" podría agregársele un "Pero a veces deseo algo y al alcanzarlo le doy con alma y vida".

Gracias por su atención.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

sisisi. entiendo. por eso me esfuerzo día a día para analizar mis deseos y darles un tono mas realista. Las mujeres solemos ser gatas floras y hay que estar atento a ese tipo de deseos. Hay que saber qué desear... "es una variable q no contcholo", dirán.... Y como diría mi amiga, Carolina, "hay que trabajar para el bien" (sí, ta chapa)

filosofía barata y zapatos de goma

Anónimo dijo...

¡Lo sabía! Sabía que el editor pondría sobre el tapete el 'tema pizza'. Está bien. No me ofendo, porque como bien aclara sobre el final de su editorial, puse mi alma y vida y se reconocerlo porque fue un momento grato y placentero. La pizza y la compañía lo fueron.

Pero sí me gustaría aclarar algo. No quisiera entrar dentro de la calificación de histérica. No. Quizás un poco gata-flora: si se la ponen grita, si se la sacan llora (esssaaaa, finoli,finoli).

Ejemplifico: Cuando tengo muchas ganas de ver a mis amigas, disfruto mucho del encuentro y de la obscena promiscuidad de chismes, tragos, comidas y más chismes. O cuando me gusta tanto algo que compré y lo uso hasta hacerlo gritar "basta".

Esta comentarista, yo, detractora del color verde (ahora y siempre), simplemente sufre el defectito dela insatisfacción en sus mínimos actos cotidianos, que para nada perjudica su día a día.

Tal vez sea porque, y otra vez cito y repito: al alcanzar algo le doy con alma y vida.

A veces.

Anónimo dijo...

NO SE DAN UNA IDEA COMO

ENTIENDO LO QUE LE PASÓ AL EDITOR

EN EL 95.

SIEMPRE SOPORTABA BROMAS SOBRE

MI XENEIZE COMO POR EJEMPLO:

CEBOLLITAS, TRINEO, VENTILADOR,

ETC, PERO DESDE EL 98 HASTA LA

FECHA MI BOQUITA ME HIZO VIVIR

MOMENTOS INOLVIDABLES GANANDO

TÍTULO NACIONALES E

INTERNACIONALES , ENTERRANDO

PARA SIEMPRE TODOS ESTOS APODOS

DESAGRADABLES.


ME DESPIDO CON UNA FRASE QUE DICE

UN FAMOSO CONDUCTOR DE TV,

PERIODISTA Y PRODUCTOR DE CUATRO

CABEZAS

" TENGAN CUIDADO QUE HAY MUCHOS

GARCAS DANDO VUELTAS" M.D.P