7 de diciembre de 2005

LA VIDA ES SUEÑO

No coincido con la exaltación del hoy que tan frecuente es en estos días de puro vértigo y fugacidad estimulada por el marketing de turno. La vida tiene una proyección, desde el pasado hacia el futuro. Las tres dimensiones deben tener un lugar en nuestra perspectiva de la propia existencia.

Los actos de hoy tienen causas que vienen del ayer y consecuencias que madurarán en el mañana. Si alguien no hubiera trabajado la tierra, la taza de té no existiría. A la vez, esa taza tendrá efectos (positivos, esperemos), sean estos en un minuto o dentro de dos días. El presente nunca es aislado. Está bien y es necesario disfrutarlo, pero se me hace imposible pensarlo escindido de su contexto temporal.

De la misma manera, suele elevarse al pedestal la etapa de la vida que corresponde a la juventud, "divino tesoro". Pero yo creo que cada capítulo de la propia biografía tiene un sabor único e incomparable.

¿Qué ocurriría si la vida trascurriera al revés? Quizás, si en la juventud pudiéramos recordar nuestro "futuro", o sea nuestra vejez, la valoración de las etapas de la vida cambiaría. En el secundario, nostálgicos, recordaríamos aquella época en la que no trabajábamos y nuestros nietos venían a visitarnos. O en la primaria evocaríamos la gloriosa etapa en la que no teníamos que pedir permiso a nuestros padres para salir de parranda, y además nos autoabastecíamos financieramente. La mirada de cada edad cambiaría.

No es verdad que todo tiempo pasado haya sido mejor. El tiempo en la vida depende enteramente de cómo lo administremos, y de qué tanto lo disfrutemos. El tiempo de la vejez puede ser más placentero que el de la adolescencia, y podemos gozar más a los 50 que a los 10. O al revés.

Las épocas de la vida tienen diferentes ventajas, prioridades, problemas, posibilidades e innumerables etcéteras. De nosotros depende, en gran parte, que disfrutemos infancia, adolescencia, adultez y ancianidad. O ancianidad, adultez, adolescencia e infancia.

La vida es una sola. Pasado, presente y futuro son tres fósforos de una misma llama. Nosotros nos soñamos a nosotros mismos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me pasa algo singular.

Me pasa con varios aspectos de la vida y me pasó ahora, que quise contestar este comentario del editor.

Cada vez que leo este mini-ensayo sobre el tiempo, su administración y sus frutos, me surgen miles de ideas para acotar y/o compartir en este espacio. Pero basta que ponga los dedos sobre el teclado y ¡puf! desaparecían las ganas de escribir.

Y aquí es donde aparece esto tan singular que yo les comentaba.

Siempre deseo algo que, al alcanzarlo, ya no lo deseo más.

Me gusta una ropita y la compro, la uso un poco y ya me aburre; busco como loca una canción, me compro el CD solo por un tema, lo escucho hasta gastarlo, y me aburre;muero de antojo por comer algo, lo compro, y basta un mordisco para que no me interes más.

¿Podría alguien acompañarme en este sintoma, así no me siento tan sola? Por favor, compartan también con esas cosas que yo se que también les pasa.

Desde ya, cualquier psicología barata, abstenerse.

Gracias.