23 de noviembre de 2008

FINAL DE LA DAVIS, FINAL DE UN SUEÑO

Son tantas las reflexiones que a uno se le ocurren después de ver la derrota argentina en la final de la Copa Davis...

Si analizamos el aspecto puramente tenístico, la vuelta al mundo de Del Potro para el Masters de Shangai fue, en mi modesta opinión, la clave de esta final. No vamos a caerle ahora a quien nos había dado el pase a la final con sus grandes triunfos frente a los rusos, pero objetivamente no creo que sea discutible razonar que si el número uno argentino hubiera estado bien físicamente, podríamos estar festejando la primera obtención de la Davis.

Detrás de esta cuestión asoman otras: hubo frente a nosotros un gran equipo. No grandes individualidades, sí un gran equipo. Ni Feliciano ni Verdasco están entre los diez primeros del ranking, seamos claros. Eran los suplentes de Nadal (ausente) y Ferrer (bajoneado), y sin embargo jugaron como titulares.

Quizá haya que admitir que después de todo, el argentino no era un gran equipo. Teníamos a Nalbandian, tal vez el mejor jugador de Copa Davis del mundo, y a Del Potro al borde de la lesión. Y nada más. No había recambio, como sí lo había cuando perdimos aquellas semifinales de 2004 y 2005 de visitantes. La mejor época del tenis argentino ha pasado, y a un equipo de Copa Davis lo forman cuatro, no solo dos.

No teníamos un gran equipo en términos de juego, y tampoco para bancar la parada. Los problemas empezaron ya desde el día siguiente de la semifinal, a la hora de elegir la cancha (¿no habría sido más conveniente ser visitantes?). Nalbandian ha tomado un peso excesivo en las decisiones, y Mancini se lo ha permitido. Es el mejor tenista de Copa Davis, pero no es su rol ocuparse de otras cuestiones y humillar a Del Potro en el entrenamiento, o a Calleri al no acompañarlo después del dobles, o a Acasuso esperando insistentes señas de Mancini para ir a abrazarlo tras la derrota final. El Rey David, que en su partido de singles deslumbró, esta vez falló en el vestuario. ¿Hará su debida autocrítica?

En gran medida, la derrota también pasó por lo físico. Ya hemos hablado de Del Potro. ¿Cómo puede ser que un jugador como Acasuso, que no podía aguantar cinco sets, estuviera en el equipo? Y eso que no llegamos a comprobar si Nalbandian estaba en condiciones de soportar un partido con Feliciano. Quizá alguien deba recordarle que contra Rusia, Del Potro ya lo había salvado de su agotamiento frente a Davydenko.

Triste destino el de Acasuso, el derrotado en las dos finales de 2006 y 2008. Su llanto lo dejó todo dicho, y el cariño del público, sabedor de que había dado todo lo que podía dar, también.

¿Debe irse Mancini? Parecería ser que ha llegado la hora del recambio. Lo suyo no es un fracaso, evitemos esa palabrita siempre tan a mano de los argentinos. Nos llevó a dos finales (e increíblemente, nos fue mejor en la distante Moscú).

Para el final dejo a los españoles. Terminaron haciendo lo que deberían haber hecho los argentinos: instigar al público a que cantara "Argentina, Argentina", aún en la derrota. Aún después de la soberbia de Nalbandian riéndose con un posible 3 a 0 a favor de la Argentina, o de Del Potro con su desubicación contra Nadal, aunque se retractó a tiempo. Y aún después de los lamentables insultos de los ¿hinchas? a Verdasco y todo el equipo rival.

Ahora hay que seguir, con otro capitán y con los tenistas concentrados en lo que tienen que hacer. Argentina tiene que madurar y reflexionar, y la oportunidad volverá a aparecer, aunque el 2009 aparece complicadísimo en cuanto a Copa Davis se refiere. Para que otra final llegue, deberemos superar de una vez por todas la adolescencia y sumar a jugadores capaces de bancarse una Copa Davis. Un ciclo se ha ido, con mucho ruido y sin la Copa.

3 comentarios:

romib77 dijo...

q exitistas q somos los argentinos x dios! antes de la serie eramos los mejores y ayer todos miramos para otro lado, no es asi c alienta en la buenas y en las malas...a los q hablan mal de Del Potro recuerden q contra Rusia era nuestro HEROE, gracias a su último punto llegamos a la final, tenemos q valorar el esfuerzo q hizo Acasuso, xq quiza sin la lesion de Del Potro no hubiera jugado, Grande Chucho, Vamos Argentina, Gracias al Equipo Argentino de Tenis subcampeones de la Copa Davis.

Anónimo dijo...

Es verdad romib77, en cualquier orden de la vida el maldito exitismo impide apreciar el enorme valor de ser subcampeón. Es verdad que alguien tiene que ser el primero, pero sobre todo en casos de "muerte súbita", como son los penales en fútbol y el tie break en tenis, la diferencia es mínima. Nalbandián es un muy buen jugador de tenis, lástima que sea un mal perdedor. E injusto: no tenía derecho a cuestionarle a Del Potro su bien ganado derecho de jugar en Shanghai. ¿Él habría renunciado a esa magnífica posibilidad? Me permito dudarlo. Saludos,
Federico

Anónimo dijo...

Es verdad lo que dicen, no hay que ser exitistas. es muy bueno haber llegado a la final. De todas maneras esta derrota es más dolorosa porque teníamos todo a favor: localía en las cuatro instancias de la Copa, lesiones de los número 1 de cada país, el surgimiento de Del Potro.

Yo no hago un juicio ético sobre la presencia de Del Potro en Shangai, pero deportivamente hablando creo que nos perjudicó su viaje porque venía mal físicamente ya en Shangai, y acá terminó de pincharse. Era su decisión, yo creo que se equivocó porque no sacó ningún fruto del Masters ni de la Davis (más allá de la experiencia y él premio económico que en proporción a lo que ganó y va a seguir ganando es poca cosa).