17 de junio de 2008

EL DISCO: NIGHTS FROM THE ALHAMBRA

Pocos saben que Loreena McKennitt no es irlandesa o escocesa, sino canadiense. Nacida en la región central de Manitoba, esta cantante de música celta no ha editado una gran cantidad de discos de estudio a sus 51 años, pero sí los ha hecho de una calidad suprema. En esta ocasión me refiero a "Nights from the Alhambra", la obra que grabó después de tres días de conciertos al aire libre, del 13 al 15 de septiembre de 2006, en un lugar que, según sus propias palabras, guarda nuestros sueños de eternidad dentro de sus piedras.

La Alhambra, en Granada, fue la capital del dominio moro en España, hasta que fueron expulsados en 1492. El historiador Ibn-Al-Jatib la describió de esta manera: "Hay allí tal abundancia de aguas que, desbordándose a torrentes de los estanques y albercas, forman en la pendiente arroyos y cascadas, cuyo sonoro murmullo se escucha a larga distancia. Rodean el muro de aquella población dilatados jardines, propios del sultán, y arboledas frondosísimas, brillando como astros, a través de su verde espesura, las blancas almenas. No hay, en fin, en torno de aquel recinto, espacio alguno que no esté poblado de jardines, de cármenes y de huertos".

Pues bien, cuando los moros perdieron su última posesión en España, que era Granada, la madre del sultán Aixa, le lanzó a su hijo, Boabdil el Chico, la famosa frase: "Llora como mujer lo que no has sabido defender como hombre".

Más allá de si esta sentencia se corresponde con lo sucedido o no, este fue el escenario del concierto que Loreena McKennitt ofreció, acompañada de su acordeón, su arpa y su piano, y toda una banda que incluía, entre otros, a Caroline Lavelle en el cello, una intérprete que también ha trabajado con Peter Gabriel, Radiohead y los Chieftains irlandeses.

Este disco repasa canciones de sus discos anteriores y también del que estaba por publicarse ("The Ancient Muse"), con joyas tales como "Marco Polo".

Hay disponible un resumen de 8 minutos con retazos del repertorio que la artista ejecutó en el recital, pero he preferido dejar aquí dos canciones: la primera, "She Moved Through the Fair", una melodía tradicional de la costa occidental irlandesa, y una de las primeras que la cantante aprendió de ese país. La segunda es "Cymbeline", que es de su disco "The Visit", y se nutre de las letras que William Shakespeare escribió alrededor de 1610. He elegido esta canción porque en ella la riqueza vocal de Loreena McKennitt se muestra claramente junto a su arpa.

Como siempre, el último párrafo es para mi relación con la obra. Loreena McKennitt es una de esas artistas de música celta, junto a Enya o el grupo Celtic Woman, que me traen paz después de jornadas agitadas, plenas de vértigo y cansancio. Su voz es exquisita, y el hecho de que hubiera grabado este recital en un lugar del que guardo un recuerdo muy particular me llevó a escucharlo de inmediato. Quien ha estado en La Alhambra, subiendo esa cuesta bajo una luna blanca y redonda de Pascua, sabe de qué hablo. Que viva Granada.



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