23 de mayo de 2008

VACÍOS, PERO DE PIE

Se fue otra Copa. Es verdad: terminó un ciclo de un equipo caro pero heroico, algunos de cuyos partidos recordaremos mucho tiempo. Pero alguna vez deberemos ganar la Copa: San Lorenzo es un grande.

Era difícil seguir avanzando en el torneo cometiendo tantos errores como cometimos a lo largo de todo el torneo. Expulsiones, un penal infantil de Botinelli, el jueguito de Orion. Y aquí me detengo: Tenemos, para mí, un muy buen arquero, aunque en esta serie fue el principal responsable de la eliminación. Los dos goles que nos hicieron eran perfectamente evitables, y en los penales tampoco apareció (aunque esto último es también mala suerte). Orion ha sido, sin embargo, el arquero de un equipo campeón, y no hay que olvidarlo. Para colmo, el árbitro anoche se equivocó fiero con la expulsión de Torres, y en la altura eso no es gratis.

Me quedo con algunos nombres para la galería: Bergessio, Adrián González, D'Alessandro y sus lágrimas espontáneas, Méndez y, pese a todo, Romeo, que torció la historia en Potosí y nunca tuvo el respaldo del técnico que un delantero necesita cuando no la emboca.

Esta Copa nos ha dejado una conclusión amarga, matizada con imágenes de logros parciales importantes, que motivaron un reconocimiento de propios y extraños, incluso en el ámbito internacional.

San Lorenzo fue un equipo raro, que en general no jugó un fútbol vistoso y por momentos fue muy efectivo, y puso hombría copera en partidos coperos. Pero había equipo para más, y la Liga era un rival accesible. Sencillamente, había que ganar de local y salir a aguantarlo allá.

Ya ganaremos la Copa, habrá que tener paciencia. Mientras tanto, las lágrimas derramadas anoche por tantos de nosotros seguirán regando esta mística de grande sufrido pero ganador, que otros tal vez no comprenden. Lo bueno es que después de haber quedado al borde de la muerte, sin cancha y en la B, un hincha de San Lorenzo ya puede soportar cualquier cosa. Como ya he dicho, el Ciclón siempre es alegría. Alegría de vivir.

Si algún cuervo le tenía excesivo respeto a la Copa, creo que en ésta se lo perdió.

No se me ocurre mucho más. El vacío no es una buena fuente de inspiración.

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