12 de julio de 2006

PERROS Y GATOS

Algunos lectores, o más bien lectoras, de este blog, estarán de parabienes: El Mundial ha terminado, y con él se apagan también los comentarios sobre el magno evento que tan disconforme ha dejado a este servidor.

Los maridos o novios han vuelto a hablarles a sus mujeres, la eficiencia en el trabajo se ha incrementado y los bares se han transformado otra vez en rincones de sosiego para los nómadas de la ciudad.

En mi casa está cercano el momento en que se incorpore a la familia un nuevo ser. No se trata de un humano, sino del heredero de Rosko. No lo reemplazará, sino que será él en sí mismo, aunque las comparaciones vayan a ser inevitables. Los notificaré cuando haya novedades.

En general, siempre he preferido los perros a los gatos. Ni siquiera me parece que la comparación resista más de 10 segundos. Recomiendo fuertemente "Cuando el hombre encontró al perro", obra del fundador de la etología, Konrad Lorenz.

Una de las reflexiones que más recuerdo de este libro es la siguiente: Es difícil darse cuenta de que un perro nos ha amado más de lo que nosotros lo hemos amado a él. Cualquiera que haya tenido un perro puede comprender a qué me refiero.

Ya he mencionado a Rosko y lo que él significó en mi vida. Entre toda la felicidad que Paula me regaló al encontrarla estaba él, que me reconoció antes que su dueña. Y allí también vivía Mima, una gata que había salvado su vida de milagro al caer de unos cuantos pisos a la calle. Su acción de bienvenida consistió en depositar sus excrementos en una de las pantuflas que yo dejaba en lo de mi entonces noviecita para estar cómodo. Mi respuesta fue correrla por todo el departamento hasta agarrarla y pasarle la cara por su propio pis. No volvió a hacerlo.

Con el tiempo aprendimos a convivir, aunque ella siempre supo que yo no la tenía en mi predilección y me contemplaba celosa cuando yo jugaba con Rosko. Cuando nos casamos le dije a Paula que prefería no llevar a Mima con nosotros, y entonces se la dejó a una amiga. Ahora lo recuerdo y siento una pequeñísima culpa, pero creo que los gatos son más individualistas que otra cosa, y mientras tengan techo y comida todo lo demás es relativo para ellos.

Como dijo alguien, los perros tienen dueños, los gatos tienen personal a cargo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustó mucho la foto!!!!
Sofía y Valentina van a estar felices con el nuevo miembro y van a jugar un montón!!!! Bieeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeen:))))
Y sospecho que alguien va a terminar durmiendo con un calefactor extra durante el invierno!!!
Ninguna mascota podrá reemplazar a Rosko, como tampoco a mi anterior perro Romeo; cada uno de ellos me hizo feliz y me dejó recuerdos muy especiales.
Estoy feliz de que ahora vamos a tener un perrito desde cachorrito juntos.
TA
P

Anónimo dijo...

Tengo 3 perras:

SHULLY

THALIA

GILDA


1 GATO LLAMADO MARTÍN, EN HONOR

AL CENTRO DELANTERO DEL GLORIOSO

BOCA JUNIORS, FUE CONVOCADO CRUZ

Y NO EL MÁXIMO GOLEADOR DEL FÚTBOL

ARGENTINO EN LA ACTUALIDAD....

Anónimo dijo...

LOS PERROS SON FILÓSOFOS

"También esto lo percibirás en los perros: algo digno de admiración en un animal. Que, al ver un desconocido, aun cuando no haya sufrido antes nada malo de parte de éste, se enfurece con él; en cambio, al ver a un conocido, aunque éste jamás le haya hecho bien alguno, lo recibe con alegría. ¿No te has maravillado nunca de eso? Ese es un rasgo exquisito de la naturaleza del perro, el de ser verdaderamente amante del conocimiento, o sea, filósofo. Pues no distingue un aspecto amigo de otro enemigo por ningún otro medio que por haber conocido el primero y desconocido el segundo. Y bien ¿cómo no habría de ser amante de aprender quien delimita mediante el conocimiento y el desconocimiento lo propio de lo ajeno? ¿Y acaso no es lo mismo el ser amante de aprender y el ser filósofo?".

Platón. República II, 376 a-b.

Anónimo dijo...

Piquete no tiene perro. Porque la verdad es que el homenajeado con el nombre puesto al gato es bastante "perro", o por lo menos yo lo recuerdo así de aquellos tres penales malgastados en sus ¿pies? ¿patas? en un partido de la selección nacional contra Colombia.
Cruz, por lo menos, no nos hizo pasar tanta vergüenza. Ahora bien, debo reconocer que en Boca anda. Por algo será...