27 de julio de 2006

EL INSULTO GRATUITO

En Buenos Aires las personas tienen la extraña costumbre de intercalar palabrotas en medio de sus frases.

Una variante posible es la finalización de una exclamación admirativa con un insulto. En este caso, el calificativo viene a enfatizar de manera harto extraña un elogio dado a su destinatario. Por ejemplo, cuando alguien le dice a otro que se comió tres grandes de muzzarella con ajo, su interlocutor le responde: "¡Cómo le das al diente, h de p!".

Una segunda opción es incluir el insulto en el saludo, como por ejemplo: "¿Qué hacés, boludo?". Esto es seguido por un beso o un abrazo. Es poco probable que se dé un simple y formal apretón de manos, porque el insulto tiene como condición cierto estado de confianza entre los protagonistas.

En tercer lugar aparece la manifestación de sorpresa. Un amigo viene y nos cuenta que heredó un millón de dólares. La respuesta inopinada será: "¡No me digas, boludo!".

Hay más variantes, pero creo que con éstas es suficiente. No adhiero a ninguno de estos hábitos verbales, porque pienso que carecen de sentido y de buen gusto. Pero lo curioso es que su uso no responde a una intención de agredir o descalificar al interlocutor, sino que por el contrario expresan admiración, elogio o grata sorpresa, como ha sido dicho.

En el diccionario de la Real Academia Española, insultar significa "ofender a alguien provocándolo e irritándolo con palabras o acciones". En cuanto al término "boludo", es "dicho de una persona: que tiene pocas luces o que obra como tal".

Si entendemos al insulto como metacomunicación, es decir, como algo que se comunica sobre lo comunicado, es difícil descifrar qué se quiere metacomunicar aquí, aunque tal vez sea mejor no saberlo.

En Buenos Aires hemos deformado hasta la semántica de las palabras. Psicología complicada la del porteño.

5 comentarios:

Anxie dijo...

Personalmente utilizo muchas de las palabras que mensionaste. No me parece que sea correcto usarlas pero tampoco incorrecto, dado que la misma sociedad nos las inculcó y es el tipico lenguaje del porteño. Cuando citaste eso de que "deformamos un poco las palabras o bien el sentido de las mismas", para el caso tendriamos que pensar en que "EL CHAT" tambien lo hace cuando los dos integrantes de la conversacion a traves de una pantalla "abrevian" o "acortan" las palabras para no perder tanto tiempo escribiendo, coincido. Pero creo que si cada uno sabe ubicarse en el ambito en cual se encuentra en determinados momentos todo sale bien. Ejemplo: en la oficina no voy a andar diciendo esas cosas, y en una comida con amigos si. Mal o bien, es un habito incorporado que sera dificil de cambiar. La clave: ya lo mensione, ubicarnos en cada en el momento.

Saludos

Pasé---

Anxie

Anxie dijo...

Me olvidaba. Por utilizar estas palabras no me conbsidero un ser humano "falto de luces", muy por el contrario....

Anxie.

El Bambi dijo...

En la definición que cité de la Real Academia, el "falto de luces" es la persona que es objeto del calificativo mencionado, no quien lo pronuncia.

Lo que a mí me llama la atención no es tanto el uso de palabrotas en los diálogos, que se repite en otras sociedades, sino su aplicación a situaciones de elogio, saludo o sorpresa. La utilización de términos ofensivos para elogiar a alguien es una originalidad de este terruño, que sin dudas habla de una psicología colectiva incomprensible para quienes la observan desde afuera.

Unos días después de escribir esta columna me reencontré con el libro "Psicología de la viveza criolla", del sociólogo Julio Mafud. Entre sus numerosas hipótesis, él sostiene que el uso constante del insulto en el lenguaje nuestro está motivado por la necesidad argentina de llamar la atención.

Anxie dijo...

Sorry... habia entendido mal... Y no me parece que con esas palabras uno quiera llamar la atencion, sino que como ya dije es un habito incorporado que se tiene que adecuar segun el ambito...

Saludos... segui pasando por el flog... yo lo hare por este nuevamente muy pronto...
Podes entrar tambien a: http://kfotos.net/AnXiE

Me fui

Anxie

Anónimo dijo...

A mí me molesta bastante que se usen constantemente palabrotas en el medio de las frases como para dar mayor énfasis a un saludo. Creo que esto se debe a que cada vez tenemos menos vocabulario y en vez de nutrirnos para hablar mejor se utlilizan éste tipo de muletillas.
Quisiera agregar otro tipo de palabras que me molestan mucho como decrile "viejos" a los padres, me da la sensación de que se los está subestimando o poniendo en un lugar qu eno corresponde. Hasta me parece una falta de respeto, porque no se lo utiliza con cariño, sino porque parece que queda canchero. Son papás y punto!!
Saludos
TQT