25 de agosto de 2010

40

Para muchas personas cumplir 40 años es llegar al entretiempo de la vida, a un estado en el que la propia biografía promedia y obliga a replanteos vitales, a balances que irrumpen, impostergables, e incluso a depresiones autocompasivas.

Para otras personas, cumplir 40 años exige un elocuente homenaje a la majestad del número redondo, un festejo por si acaso en las puertas de la melancolía por la dorada juventud que se aleja para ceder el paso a una madurez reposada, a la placidez de las certezas, aunque la verdad sea que las dudas hostigan esa frontera entre la gozosa irresponsabilidad y el compromiso autoimpuesto en aras de una felicidad buscada en otros rostros.

Yo creo, como ya he escrito antes, que la melancolía puede ser un sentimiento positivo cuando marcha acompañado de una mirada esperanzada hacia el futuro. Contemplar el pasado y concluir que lo hecho es mucho y que ha sido disfrutado en su justa medida y a su debido tiempo, permite soñar con nuevas metas que algún día también llegarán a ser nuevos recuerdos, y acariciarán el espíritu como hoy lo hacen las brisas de tiempos que se fueron.

Lo que fuimos, y lo que hicimos, moldearon lo que somos. En la alegría, y aún en el dolor, siempre estábamos creciendo, aunque nos resistiéramos a ello. Los 40 años pasaron, los bebiste trago a trago y los disfrutaste en la medida en que pudiste, originales y únicos.

Cada puesta de sol trae nuevas estrellas. Cada amanecer deja tras de sí una noche de serena espera.

3 comentarios:

ihc dijo...

Qué lindo, Bambi!!! Feliz cumple!

Agustin Mackinlay dijo...

Tranqui Bambi, la cosa se pone mucho mejor a partir de ahora ..

Felicitaciones,

Agustin

Silvia MV. dijo...

Estoy esperando que me llegue ese momento, puede que escriba algo igual de profundo.

Un placer leerte de nuevo.