17 de marzo de 2010

¡FELIZ DÍA DE SAN PATRICIO!

Llueve con insolencia sobre Buenos Aires; esta noche celebraremos San Patricio en el hogar, con un par de Guinness y mucha alegría. Qué mejor ambiente para festejar la sangre irlandesa que la barra de casa.

En ese hogar del que hablo, hay colgada una oración irlandesa que expresa los valores en los que creemos. Dice así:

In This Home
We believe in living deeply, laughing often, and loving always.
We believe we were brought together to support and care for each other.
We believe in celebrating together—our faith, our heritage, our traditions.
We believe that everyone's feelings count and that the uniqueness of each of us strengthens all of us.
We believe in the power of forgiveness to heal and the power of love to carry us through.
We believe in one another, in this family, in this home
.

Para musicalizar el blog en este día festivo, dejo "Over the Rainbow", aquella inolvidable canción que interpretara Judy Garland en "El Mago de Oz", y que aquí cantan las angelicales voces irlandesas de Celtic Woman. Ese rincón donde los sueños se hacen realidad, más allá del arcoiris, puede estar en nuestra propia vida. A veces nos damos cuenta, a veces no.

¡Happy St. Patrick's!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

El post que te dejo explica lo que muchos pensamos de este tipo de fiestas.
Saludos


http://blogs.lanacion.com.ar/secretos-de-la-piramide/consumo/5-razones-para-odiar-el-dia-de-san-patricio/#more-966

El Bambi dijo...

Te diré que en mi casa hemos festejado esta fiesta desde que tengo uso de razón y poca gente la conocía, y que a tal punto me identifico con ella que una de mis hijas tiene toda la apariencia de una irlandesa. Es decir, viene en la sangre.

Por supuesto que la fiesta se desnaturaliza y se hace comercial, pero eso no es mi culpa. Si otros quieren aprovechar la parada para otros fines, problema de ellos.

La comunidad irlandesa hace festejos serios y no solo en Buenos Aires sino también en varios pueblos de provincias, de acuerdo al verdadero espíritu de la fiesta que es honrar a San Patricio y a la nación irlandesa. A mí me parece muy bueno que las colectividades celebren sus fiestas en esta ciudad cosmopolita y abierta al mundo.

Anónimo dijo...

En eso concuerdo, bienvenidos sean los festejos de las comunidades. Y te aclaro que no me molesta (¿a quién puede importarle que me moleste, ja?) en lo más mínimo la fiesta si no su utilización mercantil/mediática.

Igual, apuesto mil a uno a que ninguno de los tilingos a los que se les aguó la fiesta del otro día vayan a ir alguna vez a una festividad peruana o boliviana: "no es fayon, vistes"

El Bambi dijo...

Es verdad que hay un prejuicio europeísta, pero también hay un tema de marketing. Quizás si otras comunidades quisieran masificar sus festividades tendrían que ver cómo presentarlas y hacerlas atractivas a los ojos de los extranjeros y sobre todo los turistas. De hecho lo han desarrollado en el Noroeste argentino y también en sus países.

En el caso irlandés, el vínculo con la cerveza fue un gancho marketinero que ya traía la misma fiesta en su tradición. Imaginemos si el pisco estuviera más difundido en los pubs y se hiciera una fiesta con la comunidad peruana. Pero al mismo tiempo la fiesta perdería parte de su tradición y se vería invadida por visiones ajenas. Entonces ocurriría como con San Patricio, donde hay una fiesta real y genuina, y otra cosa que es más oportunista y comercial.

Anónimo dijo...

A estudiar el comportamiento de una tribu perdida, la sola presencia del científico modifica al observando.

Esta es una paradoja insalvable para antropología y que se resume más o menos así: el observador modifica, aun sin conciente de ello, el fenómeno observado

Otro claro ejemplo es el del turista en busca de la playa idílica, desierta. En el preciso momento en que el sueño que parece alcanzado se esfuma: ya no es más desconocida.

Y volviendo al tema que nos ocupa, desde mi punto de vista cualquier expresión de la cultura, al trasladarse junto con los emigrantes, necesariamiente se modifica, mezclándose lo local con los saberes originales.

Un ejemplo de esto último es la pizza y pasta que comemos en Argentina: ambas son despreciadas por los italianos que visitan nuestro país.

Y ya que hablamos de mestizaje, no hace demasiado tiempo que leí en algún estudio (¿sería del CONICET?) que alrededor del 60% de la población argentina tenemos sangre indígena en nuestras venas. Parece que aquel lugar común que dice que los argentinos descendemos de los barcos es un tanto antojadizo, o al menos parcial.

Mestizos saludos.