9 de julio de 2008

LA SERENIDAD DE MONET LEYENDO


Pierre Auguste Renoir (1841 - 1919) fue uno de los representantes más distinguidos del impresionismo, estilo así llamado después de que un crítico de arte francés se refiriera irónicamente al cuadro: "Impresión. Sol Naciente", de 1872, que era obra de Claude Monet. Fue Louis Leroy quien dijo que los nuevos artistas eran "impresionistas", en un momento de quiebre en la historia de la pintura, que ya no respondía solo a criterios de imitación de la realidad, sino a una introspección de quien contemplaba a la naturaleza y la interpretaba de acuerdo a sus propias percepciones. Fue Renoir el primero que incentivó el uso de la palabra "impresionismo" para describir al movimiento artístico que integraba, al convencer a un crítico de arte para que publicara una revista con ese nombre.

Renoir fue, de todos los pintores de esta corriente, el que buscó siempre dar una pincelada de alegría a todo cuanto observaba en los ambientes exteriores, esos que llenaban de color su estudio donde pulía sus obras pergeñadas en un parque o una playa.

Las exposiciones de los impresionistas en París fueron motivo de escándalo, pues como hemos dicho, ponían en duda a la academia clásica. Algunos de sus nombres fueron, además de Monet y Renoir, Manet, Sisley, Cézanne y Degas, el pintor de bailarinas. Una segunda corriente, también llamada post-impresionismo, sería encarnada por Gauguin y Van Gogh, aunque este último -de quien ya hemos hablado en este espacio- solo puede pertenecer claramente a su propia escuela.

Renoir tuvo con los años un regreso parcial a un estilo más clásico, en su búsqueda del crecimiento artístico de la mano de Rafael. "Ya no podía sentirme satisfecho con el impresionismo, que me parecía limitado", afirmó.

El cuadro "Au Moulin de la Galette" es uno de los más caros de la historia. Fue vendido en New York, en mayo de 1990, por 78 millones de dólares por la casa Sotheby's.

Renoir fue un buen amigo de Monet, y trabajó con él en dos etapas: en el verano de 1869, en la isla Saint-Michel, sobre el río Sena, y en 1874, también en la ribera del Sena pero en Argenteuil, lugar que ha quedado marcado como la referencia geográfica del impresionismo, porque en él pintaron varias de sus obras al aire libre, que constituían una innovación frente a la costumbre clásica de encerrarse en el estudio para trabajar. Renoir y Monet ya eran amigos desde su época de estudiantes, y tuvieron una tercera época de trabajo en común, cuando hicieron un viaje desde Marsella a Génova, en 1883. Los primeros años del siglo XX encontraron a Monet casi ciego pero aún activo, y a Renoir con una artritis que lo llevó a atarse los pinceles a las manos para poder seguir pintando.

Fue en Argenteuil, es decir, en la segunda época del trabajo común de Monet y Renoir (1872), cuando el segundo pintó el cuadro que hoy nos ocupa. Ambos pusieron sus caballetes en una línea y se pintaron el mismo motivo. La obra "Monet Leyendo" transmite al observador una sensación de serenidad absoluta en la quietud de ese hombre que lee plácidamente el periódico con su pipa humeante y su barba rojiza. El cuadro está expuesto en el Museo Marmottan-Monet de París.

Esta pintura me hace acordar a una visión que me ha acompañado desde mi infancia: mi padre siempre leyó y lee el diario mientras fuma la pipa, y así se concentra en su mundo en el que establece una rara intimidad consigo mismo, ajena al mundo exterior que lo aguarda. La pipa es una compañía silenciosa de reflexiones que rumia un espíritu siempre despierto.

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