31 de diciembre de 2007

SE VA EL 2007, ASOMA EL 2008

Un año termina, y otro empieza con promesa de centenario para el Ciclón, que como aperitivo fue campeón en el 2007 y buscará la Copa. Mientras tanto, quiero dejar aquí un resumen de la música que se incorporó a mi hogar durante este año que llega a su ocaso. Como aclaración previa, deseo dejar sentado que en mi opinión la música no tiene edad, es decir que eso de descartar algo por tener más de diez años de antigüedad o pavadas por el estilo no corren en este espacio.

Las dos bandas protagonistas del año fueron, sin dudas, Coldplay y los Beach Boys (y de allí la aclaración previa). En el caso de los primeros, sus tres discos de estudio pasaron a integrar la discoteca de nuestro hogar, y fueron los preferidos de Paula. De los Beach Boys llegaron los remasterizados "Surfin' Safari / Surfin' USA", "Concert / Live in London" y "Smiley Smile / Wild Honey", además de "The Warmth of the Sun", su última salida al mercado con una selección de temas no tan famosos.

También aproveché ofertas de una conocida disquería para seguir sumando en nuestra colección de Pink Floyd: "A Saucerful of Secrets", "Relics", "Meddle", "Animals" y "A Momentary Lapse of Reason". De ellos, el penúltimo es mi preferido. Solo me faltan "More" y "The Piper at the Gates of Dawn" y la serie estará completa. Además, sumé la ópera de Roger Waters, "Ca Ira", y "About Face", un disco que David Gilmour grabó como solista en 1984, en pleno distanciamiento de Waters de la banda.

Fish, el ex vocalista de Marillion, apareció con aire fresco, y aportó su acústico doble -"Communion"- interpretado en una iglesia de Edimburgo, más su última creación, "13th Star", que compuso después de un nuevo desengaño amoroso, el cual fue una mala noticia para él pero no para su inspiración musical, que está a la altura de sus mejores obras.

Otros rockeros presentes en mis adquisiciones fueron Led Zeppelin, con su "Remasters" doble, David Byrne, ex líder de Talking Heads, con "Grown Backwards", el disco en vivo "Queen on Fire", que tiene una buena selección de la banda de Freddy Mercury, y el viejo Lou Reed con "NYC Man", otra antología doble. También incorporé a Alanis Morissette con su "Unplugged", muy recomendable, y la selección de hits en "The Collection". El primer album de Supertramp, que lleva el nombre de la banda, se sumó a la lista.

Mark Knopfler, el ex Dire Straits, sacó otro disco en la misma tónica de los anteriores, algo más country, de nombre "Kill to Get Crimson". Muy bueno. Para matizar, agregué una antología de los ochentosos Huey Lewis and the News, el clásico "Set" de Youssu N'Dour y una buena selección de los irlandeses Cranberries.

En el ámbito del rock nacional, que no es mi preferido pero siempre está, incorporé a "Grasa de las Capitales" de Serú Girán, "Elija y Gane", del Flaco Spinetta, "1000 Vivos" de Los Pericos, "La Biblia" de Vox Dei (un infaltable en cualquier colección que se precie) y una antología doble, y clásica, de Los Abuelos de la Nada.

El folklore estuvo bastante activo: Los Chalchaleros fueron protagonistas en mi lista, y también se sumaron Jaime Torres, Uña Ramos, Eduardo Falú, José Larralde, Jorge Cafrune, Falú y Moguilevsky, Juanjo Domínguez, Jorge Cumbo y el excelente guitarrista de Corrientes Mateo Villalba (con una versión del himno en guitarra digna de ser escuchada). Luna Monti y Juan Quintero también nos entregaron una obra agradable, aunque no imprescindible para mi gusto (a Paula le gustan mucho).

El tango me trajo otra vez al Flaco Rivero con "Milongas". Los discos de tango suelen ser más baratos que ciertos productos marketineros que la gente increíblemente compra bajo el nombre de música. La disquería que está en la calle Lavalle casi esquina Florida, yendo hacia el Bajo, me nutrió de mucho tango y folklore con ofertas a diez pesos de discos muy buenos, ya mencionados más arriba. Recomiendo sobre todo los discos de la colección "Guitarras del Mundo", un festival que se hace en Buenos Aires anualmente.

Otro rubro movido fue el celta, con los dos últimos discos de Enya a la cabeza ("A Day without Rain" y "Amarantine"), más el gallego Carlos Núñez y su gaita en "Mayo Longo" (que no terminó de conformarme por ser demasiado heterogéneo a mi gusto) y los argentinos de Xeito Novo con los excelentes "Campustellae" y "Luz de Invierno". Además, me compré un disquito de celta medieval con ciertas reservas: "Tocando el Aire en el Bosque sin Retorno". Fue una agradable sorpresa, hecha por argentinos.

La bossa nova sumó en mi discoteca la caja de cuatro discos de Vinicius y Toquinho, que no necesitan descripción. Excelsos, aunque un poco cortos en extensión. De Caetano Veloso me traje una antología doble, muy completa.

El reggae me trajo un descubrimiento: los argentinos de Dancing Mood, con tres de sus cuatro obras: "20 Minutos", "Vol. 2" y "Groovin' High".

Nunca descuido el flamenco, que tanto me gustó en mis andanzas por Andalucía. Ahora adquirí el disco doble de Diego El Cigala, "Corren Tiempos de Alegría" y "Teatro Real". Este cantaor está de moda en la música de por allá, y es muy bueno.

Por el lado del jazz, llegó John Coltrane con una recopilación de temas que en realidad ya tenía en un disco regalado por mi amigo Guillermo Golich. Así pues, lo tengo por dos. También incorporé al infaltable Glen Miller, a cuya orquesta iba mi madre a ver con mi abuela en sus fiestas de juventud.

En cuanto al rubro melódico, Serrat sigue agigantándose en nuestra sala. Ahora agregamos "1978", que incluye la poco conocida pero muy especial "Qué bonito es Badalona", "En Tránsito" y "El Sur También Existe", que tiene letras de Benedetti pero es para mí uno de los discos más flojos del catalán. También se sumó "En Directo", que es brillante. Sabina, por su lado, agregó "Física y Química".

Por último, la mamá: la música clásica. Este año adquirimos una excelente selección de obras de Mozart en 15 discos, que incluye su biografía en 1200 páginas pequeñas y de muy buena edición, y autoría de H. C. Robbins Landon, autor de varios libros sobre la vida de Mozart. Además, sumamos "Música Medieval y Renacentista" interpretada por el Conjunto Pro Música de Rosario, "Canciones Ladinas y Españolas" interpretadas por el Conjunto de Música Antigua del Collegium Musicum de Buenos Aires y un disco de "Joyas del Barroco", que efectivamente contiene perlitas como el Canon de Pachelbel, el Concierto en Do Menor de Pachelbel o el Adagio de Albinoni.

A esto se agregaron algunas obras de corte infantil, que Sofía y Valentina van coleccionando en su reino.

En fin, son éstas largas líneas, pero es una buena señal de que la música le puso mucho ritmo al 2007 y alegró nuestras vidas, porque la música alegra el alma, o por lo menos educa la sensibilidad. La aparición de La Pecera a la derecha de mis columnas ilustró esa convicción.

Los 500 discos son o prometen ser una realidad en nuestro hogar. No me he puesto a contarlos, pero sospecho que la cifra es un hecho. En 366 días (porque el 2008 será bisiesto o no será), aparecerán nuevos nombres en este espacio.

Pedrito, desde su sereno rincón, adivina un destino lleno de música.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bambi me permito hacerle una recomendación atrasada con respecto a su compendio músical, y viendo que se ha inmerso en las aguas de los Beach Boys... Pet Sounds, a mi gusto, el mejor disco de los muchachos.
Abrazo

Botón

El Bambi dijo...

Qué increíble, Botón, mire que al momento de leer su comentario tenía puestos a los muchachos de la playa... Sé que ese es el disco de los Beach Boys, y lo tengo anotado, aunque también es el más caro de ellos. Al respecto, Paul Mc Cartney dijo alguna vez que quien no escuchara este disco no habría escuchado música. Este y otros comentarios sobre ese album me hacfen sentir cierta culpa de no tenerlo, aunque cuente con ocho de los suyos, entre ellos el último, muy recomendable. "Smiley Smile" es un subproducto de "Pet Sounds", ya que Brian no acertaba a terminarlo en virtud de su estado mental. Entonces sacaron este último, y fue muy criticado porque buscaba un giro en el estilo musical de la banda hacia algo más progresivo.

Espero escucharlo alguna vez acodado en esa barra soñada de San Telmo.