17 de agosto de 2006

UN HÉROE REPLETO DE HUMANIDAD

Hoy se cumplen 156 años de la muerte de José de San Martín, el máximo prócer de la historia argentina. En tiempos de individualismo y frivolidad, la figura de este hombre inspira permanentemente con su ejemplo, aunque a duras penas pueden imitarse sus virtudes.

Últimamente otras figuras tienen más prensa que antes: No comparto esta manía actual de contar la historia argentina como una lucha entre buenos y malos. Los simplismos nunca explican la Historia, y justamente San Martín se exilió porque nunca quiso participar de luchas fratricidas. Su único fin era el bien de la patria, y el poder le era extraño.

Belgrano, cuya trayectoria se encuentra con la de San Martín en Yatasto, inspira la grandeza que hacía falta para inclinarse ante la figura imponente del Libertador. Inmediatamente se pone a sus órdenes, después de una frustrante campaña en el Alto Perú -hoy Bolivia- que San Martín ya consideraba una vía equivocada para liberar al continente.

Varias anécdotas nos ilustran sobre la personalidad de nuestro héroe. Sacrificó todo a su causa, consciente de que su misión en esta vida era dar la independencia a las naciones del Sur. Varias veces renunció a cargos y honores, en Argentina, Chile y Perú. Donó tierras que le habían sido dadas como recompensa por sus victorias y redujo su sueldo para volcar fondos a la causa de la independencia. "Desde este instante el lujo y las comodidades deben avergonzarnos", respondió ante la insistencia del Cabildo de Mendoza en que no renunciara a la mitad de su ingreso. Y vendió un mueble para seguir viviendo con su medio sueldo.

La biografía de San Martín se topa constantemente con otros próceres desconocidos, que hoy son solo una calle o un nombre vagamente instalado en la memoria de los argentinos. Uno de ellos es José Antonio Álvarez Condarco, que confeccionó de memoria los mapas para atravesar los Andes. Había sido enviado por el Libertador a una entrevista con el general Marcó del Pont, jefe de los ejércitos españoles, con la excusa de anunciarle la independencia de las Provincias Unidas. La intención real era explorar el paso de Los Patos y volver por el de Uspallata, que era el más corto y era por donde estaba seguro de que los españoles devolverían al espía.

Efectivamente, Marcó quiso fusilar inmediatamente a Álvarez Condarco, pero éste salvó su vida gracias a los oficios de sus compañeros masones en el ejército español. El general español lo envió de regreso con una nota en la que decía: "Firmo con mano blanca, no como la de su jefe que es negra". Esto quería decir que San Martín, según el general realista, había traicionado a España volviendo a su patria para darle la independencia.

Después de la batalla de Chacabuco, el derrotado Marcó fue llevado ante la presencia de San Martín, que irónicamente lo saludó diciéndole: "General, venga esa mano blanca".

El regreso de San Martín a Buenos Aires, después de la liberación de Chile, fue en completo silencio. Se había preparado un gran recibimiento en San José de Flores, por donde el general llegaría a la capital. Pero él adelantó su vuelta y llegó en horas de la madrugada, para no recibir ningún agasajo.

Un hito fundamental en la vida del prócer es su entrevista con Bolívar en Guayaquil. Después de ella San Martín se retira completamente de escena y le deja el campo libre al venezolano. Se sabe que él le pidió a Bolívar que le enviara refuerzos para liquidar la guerra en el Perú, pero éste se los negó. San Martín lo había ayudado a él con tropas en el norte del continente, pero Bolívar no respondió en consecuencia.

San Martín, comprendiendo que Bolívar quería tomar el papel protagónico en la etapa final de la independencia sudamericana, se ofreció a ponerse a sus órdenes si a cambio de ello obtenía los refuerzos necesarios. Pero Bolívar se mantuvo en sus trece, y el argentino se fue de la entrevista decepcionado. "Bolívar nos ha ganado de mano", comentó a sus colaboradores en el brindis después de las dos entrevistas mantenidas. Y ordenó empacar todas sus pertenencias para retirarse a Chile y más tarde a Mendoza. Eran dos personalidades opuestas. El uno, modesto, austero y cerebral, cómodo en las sombras. El otro, ampuloso, impulsivo y vanidoso, amigo de la gloria y los honores. Uno, estoico héroe griego. El otro, exaltado general romano.

La vida de San Martín ofrece ejemplos numerosos y enseñanzas para la educación de cualquier argentino. El espacio es más que insuficiente en esta columna, pero puedo recomendar algunas obras. Dos de ellas son la correspondencia del general con su antiguo ayudante de campo Tomás Guido, compilada por la historiadora Patricia Pasquali y titulada "San Martín confidencial". Esta autora también escribió una biografía del prócer: "San Martín - La fuerza de la misión y la soledad de la gloria". Otra obra recomendable es: "San Martín. El libertador cabalga", de Agustín Pérez Pardella.

Si se quiere variar un poco hay una biografía escrita por el reconocido historiador chileno Benjamín Vicuña Mackenna, quien fue el propulsor del primer monumento erigido a la memoria del prócer, y autor de su primera biografía (1862). Hay también una obra que no he leído pero desearía leer, titulada "La salud de San Martín". Fue escrita por el médico Antonio Guerrino, y estudia un aspecto bastante desconocido del Libertador, que pudo haber cambiado la historia y le da además un aire aún más heroico a lo realizado por el prócer.

En Internet hay un buen sitio donde leer documentos, cartas y anécdotas de San Martín. Es "Los documentos del cruce" , realizado merced a un concurso organizado por Clarín y auspiciado por la Unesco.

Mañana, cuando viajemos a Chile a visitar a la Abuela Cupy en Santiago, contemplaré los Andes como siempre hago desde el avión y evocaré a ese héroe de rostro humano que cruzó esa barrera inmensa de 6.000 metros a lomo de mula o en camilla, y bajo pronóstico de muerte dado por su médico, debido al esfuerzo insuperable que aquello suponía. Él y los 5.000 hombres que lo hicieron merecen nuestro recuerdo, admiración y agradecimiento.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Con referencia a San Martín, se trata de una figura mucho más densa que lo que han pintado las gestas escolares.
En general, a los alumnos de historia en la primaria y secundaria se les presentan hechos simplificados. La independencia de América no fue simple, sino altamente compleja, llena de detalles dinásticos y estratégicos, a lo que se sumaba la pujanza del capitalismo no desarrollado todavía del todo.
Por ejemplo, la cuestión de la campaña al Alto Perú. Se supone que se buscaba la liberación de América, pero hay que tener en cuenta que Buenos Aires y los intereses que representaba (entre ellos los independentistas, que eran una de las partes, pero no el todo) necesitaban financiar su lucha. Para eso pensaban conquistar y explotar las minas de plata del Cerro de Potosí, alrededor del cual estaba la ciudad más rica de la región, llamada precisamente Villa Rica de San Luis del Potosí. La defensa de la plata caracterizó la resistencia española, mucho mayor allí que en otras regiones.
El Virreynato del Río de la Plata había sido creado para defender los embarques de plata potositeños de la codicia portuguesa y británica.
El virreynato, fuera de su interés estratégico, era la más pobre de las regiones del imperio español. Imperio que no era un desvalido. Tenía unos monarcas pavorosos, pero también tenía (hasta 1805) la mejor armada de Europa (es decir, del mundo)pero la desmoralización que se produjo por el no pago de sueldos (mientras la aristocracia gastaba ingentes sumas en tonterías, desde el punto de vista de los marinos y soldados) hizo que la flota fuese proclive a cierta desesperación y estuviese mal provista de - por ejemplo - balas de cañon.
San Martín había jurado fidelidad a la corona. La corona no estaba en una cabeza segura, Carlos IV había abdicado y luego se había arrependito, su hijo (no necesariamente un ser querido) Fernando VII había asumido y luego había sido apresado por el supuesto aliado Napoleón, pero uno de ambos borbones eran el rey de España. San Martín se embarca hacia Londres, y desde allí vuelve a una América en la que había vivido muy pocos años, los de la primera infancia, y toma las armas contra la corona. Es dificil de explicar esa actitud.
Otro tema sombrío de la historia de San Martín es el más íntimo, la vida familiar. Me parece que no fue un hombre feliz en su vida de familia, y me callo la boca.
Está bien recordar a los chicos de Cromagnon, pero el sentido de este artículo en este muy buen blog es diferente. Creo haber recuperado el hilo de la historia puesta tan bien por Bambi.

Anónimo dijo...

No te gustan las luchas de buenos y malos como eje de la historia pero a San Martin lo beatificás.

El Bambi dijo...

Justamente en el título de mi nota quise resaltar la humanidad de este hombre, que a pesar de tener todas las imperfecciones propias de cualquier humano hizo lo que hizo. Los hechos hablan.

Lo que yo critico es la aparente complacencia de algunos en igualar todo para abajo, en decirnos: "Somos un desastre", "Vivimos dominados", etc.

La Argentina es un gran país que tuvo un gran prócer. Y tuvo también hombres y mujeres que lucharon por su patria, con distintas ideologías, con errores y aciertos. Creo que de todos se puede rescatar algo, en lugar de separarlos en buenos y malos. San Martín encarnó esto que quiero decir: como digo en el texto, nunca quiso pelear por unos argentinos contra otros argentinos, a todos trató de sumar a su causa y con nada hizo todo.

Anónimo dijo...

podrias poner ANÉCDOTAS de san martin???
por favoor

Anónimo dijo...

Prometo responder a tu pedido, aunque me gustaría saber quién lo pide.

Anónimo dijo...

hola!!
me gustaria saber si podrian poner anecdotas de san martin

gracias!!!!!

Unknown dijo...

El Bmbi, me encanta tu visión de la historia, también coincido con ella. Excelente nota, saludos.