29 de mayo de 2006

EL DÍA QUE COPÉ LA CABECERA

Tal como relataba en mi columna anterior, me convertí en el hincha número uno de Fénix. Me llevé una sábana vieja de mi casa y con un aerosol el Nono escribió "LA BANDA DEL MAYO-GOL", en alusión a nuestro amigo jugador. El trapo nos acompañó a todas las canchas.

En una ocasión fuimos el Gordo y yo a la cancha de Sacachispas, a la que se llegaba por un camino de tierra cerca de Ezeiza. Estaba en un pozo, de manera que uno entraba al estadio (soy generoso con el uso del sustantivo) sin subir un solo escalón, pero el campo de juego estaba por debajo del nivel de los tablones.

En el entretiempo cometí la locura de ir a comprarme una bebida al bar del club. Me encararon los locales y me pidieron que abriera la bandera porque querían verla. No solo no lo hice sino que rajé con mi amigo a buen recaudo.

Durante el segundo tiempo un dirigente se nos acercó y nos pidió que para evitar incidentes guardáramos el trapo. Así lo hicimos y el tema no pasó a mayores.

Otro día me fui solo a ver a Fénix a la cancha de Defensores de Belgrano, donde jugábamos con Ferrocarril Urquiza, que hacía las veces de local. Increíblemente, la cabecera visitante estaba totalmente vacía, porque los estoicos hinchas de mi equipo habían ido a la platea. Así pues, me ubiqué en la popular visitante, pegado al alambrado y detrás del arquero local. El árbitro dio penal para nosotros y yo le gritaba al arquero "¡Burro!". Mi amigo la mandó a guardar y yo grité, solo en la popular, el gol que nos daba la victoria final. Enfrente, la cabecera de Urquiza, casi repleta, miraba resignada y en silencio.

Esa fue la tarde en que copé la cabecera de Defensores. Yo solo, y no exagero en lo más mínimo.

Hoy, padre de dos hijas y profesional con trabajo, contemplo aquellos días con una sonrisa en el alma. Puedo decir que quien no ha transitado alguna vez por las canchas de Primera D no conoce el fútbol argentino.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me atrevo a inaugurar los comentarios de esta columna, yo, mujer, para mortificarme con la siguiente pregunta:

¡¡¿¿POR QUE??!! ¿Por qué no tengo la posibilidad de cambiar y ser hombre aunque sea unas horas?

Hay muchas cosas que me gustaría hacer como hombre y ésta, ir a la cancha y palpitar un partido de fútbol, y alentar al equipo con fuerza, es una de ellas.

En este tipo de situaciones soy franca y me sincero:

Hombres, los envidio.

Anónimo dijo...

¿Quién no dió la vuelta olímpica

de su equipo favorito?

¿Quién no cortó un pedazo de pasto

y se llevó a su casa de recuerdo

por un campeonato logrado por

un equipo?

¿Quién no insultó a un juez, al

lineman, a un jugador, a un

técnico o al rival de toda la

vida?

¿Quién no se fue caliente o

contento por el resultado de un

partido de fútbol?

Así es el hincha, tanto en el

ascenso como en de Primera.

Con todo respeto el único que

copa la cabecera tanto de

visitante como de local es el

jugador N ° 12.


PD: " Tengan cuidado......"