6 de enero de 2006

AUTOCRÍTICA

Detesto la mentira, la insensibilidad, la sensiblería, la hipocresía, la frivolidad, la incomprensión, la ambición desmedida, el histeriqueo, la avivada, el ventajerismo, la corrupción, la mediocridad, el consumismo, el capricho, el autoritarismo, la soberbia, el cinismo, la ignorancia, la injusticia, la adolescencia eterna, la amargura, la apatía, la pasividad, la vulgaridad, el desenfreno, la idiotez.

Admiro la verdad, la sensibilidad, la templanza, la transparencia, la espiritualidad, la empatía, la autosuperación, la decisión, el respeto, la solidaridad, la honestidad, la apuesta fuerte, la moderación, la racionalidad, el diálogo, la humildad, la bondad, la sabiduría, la justicia, la madurez, la alegría, el sentido del humor, la proactividad, la originalidad, el equilibrio, la inteligencia.

Lamentablemente, he sido insensible a muchas críticas.
He sido sensiblero al llorar cómodamente sin buscar soluciones.
He sido hipócrita al criticar en otros los defectos que yo tenía.
He sido frívolo al supeditar mis estados de ánimo a una derrota de San Lorenzo.
He sido incapaz de comprender que alguien fuera hincha de Huracán.
He sido desmedidamente ambicioso al pretender que los jugadores de San Lorenzo jugaran más de lo que podían jugar.
He histeriqueado con mujeres en un pasado lejano y nublado.
He sido un "vivo" al colarme en colectivos de adolescente.
He sido ventajero al cruzar la calle en bicicleta con el semáforo en rojo.
He sido corrupto al decirle a mi hermana dónde estaba el escondite de mi hermano a cambio de un caramelo.
He sido mediocre al errarme ese gol imposible.
He sido consumista al comprarme pastillas Mogul, Torpedos y alfajores Suchard "porque sí".
He sido caprichoso al no tomar el café con leche de chiquito.
He sido autoritario al no escuchar las opiniones políticas de otros.
He sido soberbio al pretender que siempre tenía razón.
He sido cínico al reirme a costa de otros.
He sido ignorante al pensar que aquella mujer me quería.
He sido injusto al no darme cuenta de que aquella otra mujer me quería.
He sido un eterno adolescente al volver a mi casa de casado con olor a whisky a las 4 de la mañana.
He sido amargo al no bailar aquella noche de boliche en que pensaba en ella.
He sido apático al no expresar cuánto me había gustado ese gesto.
He sido pasivo al no hacer esa llamada que solo yo tenía que hacer.
He sido vulgar al arrojar papel higiénico mojado (con agua) desde mi balcón, y al escupir también.
He sido desenfrenado al romper un reloj a los 10 años porque mi mamá no me lo prestaba.
He sido idiota al negar todos estos defectos cuando tuvieron lugar.

Aquel amigo lector que encuentre alguna de estas características en mi comportamiento diario me hará un favor al hacérmelo saber, y me privará de ser algo menos imperfecto al no decírmelo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

soy sensible a la insensibilidad

Anónimo dijo...

Por lo visto el editor sigue en época de balance. Me parece bien.

Personalmente, como ya dije, no me gustan los balances, y como lo confesado se parece bastante a uno, no quisiera hacer una autoreflexión por el solo hecho de continuar con la saga.

Pero algo tengo que decir.

Es probable que el autor de las líneas nombradas haya caído en alguna de estas 'bajezas' alguna vez. No lo se ni me acuerdo.

Es que creo que hay ciertas cosas que hacemos porque, por suerte, somos imperfectos. Y hasta considero sano poder cometerlas e incluso tener cierta indulgencia.

Con las nuestras y con las de los demás...aunque sea alguna vez.