Hubo un día en que lloré mucho, y allí estaba ella para consolarme y darme la bienvenida a este mundo. Hubo otro día en que fui por vez primera a pasear a la plaza, y le llevé una piedrita elegida para que guardara.
En otra ocasión, me retó después de que yo arrojara con notable parsimonia un banquito por el balcón del noveno piso. Y así hubo muchos otros días en que ella estuvo ahí, como lo sigue estando cuando se me da por escaparme de la oficina e ir a almorzar a mi antiguo hogar de soltero.
En este día maravilloso en que le regalaremos algunas sorpresas, a mi madre dedico estas pequeñas cuotas de humor. ¡Feliz cumpleaños, Mrs. Mum!
7 de agosto de 2010
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TEMAS: FAMILIA
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